Blues en concha: la radio de las mujeres del blues

Blues en concha: la radio de las mujeres del blues

Fui por el callejón la otra noche
Nancy y su hombre acaban de pelear
Golpeó a la señorita Nancy ‘cruzó su cabeza
Luego se puso de pie y dijo

Tú cocodrilo bajo
Solo mírame tarde o temprano
Te atraparé con los calzones abajo”.

 Black Eye Blues, Ma Rainey

Desde principio del siglo XX empezaron a destacarse las mujeres del blues, sobre todo en EEUU.

Podríamos decir que estas mujeres forman parte las primeras feministas de la historia de la música, o simplemente, que desafiaron una época donde el racismo atroz mostraba los resabios de la esclavitud y la miseria; donde los derechos de las mujeres eran vulnerados y más siendo negras, teniendo que trabajar como empleadas de casas particulares o de prostitutas, en la mayoría de los casos.

Lejos de los estereotipos femeninos, cantaban sobre temas tabúes como la bisexualidad y la violencia machista. Algunas de ellas, vestían con trajes y galeras, acentuando rasgos masculinos.

Alzaban su voz para denunciar injusticias y en ese mismo canto se empoderaban.

Blues en concha, es un programa radial conducido por Verónica Falco, que vuelve a las raíces del blues femenino para rescatar la música, la resistencia y la lucha.

Verónica, además es música y comparte esta pasión con su papá y su familia desde muy pequeña.

La idea de reivindicar a estas cantantes, algunas de las cuales fueron silenciadas o arrojadas al olvido, la conmueve y la empodera.

Cada programa implica un recorrido, un estudio minucioso y de investigación, no sólo de la música, sino también de las historias que portan cada una de ellas.

Ella nos cuenta acerca de los inicios de Blues en Concha y cómo fue que tomo la decisión de llevar al aire un programa sobre las mujeres del blues.

“Hago radio hace seis años, más o menos. Hice distintos programas, conocí mucha gente, tanto artistas que entrevisté como operadores, locutoras, locutores, pasé por distintas radios, y siempre encaré todo lo que hice con perspectiva de lucha, con perspectiva de género. Por eso, toda la gente con la que charlé o trabajé a nivel radial sabía cómo me pongo con estos temas (risas). Entonces, un día me habló Perno, un operador que tuve en Radio Emergente, preguntándome si quería hacer una columna para el programa que hace con Pablo, Killing Week. La columna podía ser sobre Mujeres y música, sobre blues o sobre mujeres del blues. Perno también sabía que soy música y que hago blues, por eso me tiraba esas opciones. Elegí mujeres del blues porque mujeres y música es demasiado amplio, y porque las ladys bluseras me acompañan desde muy chica.

Mi viejo desde pibita me regaló cassettes de Saffire-Uppity blues women, de Janis Joplin, de armoniquistas de blues. En la camada de los noventa fuimos a ver a casi todes les negres que vinieron a tocar, entre elles Koko Taylor y Katie Webster, que me dejaron flasheada. En aquél entonces, también tocaban las Blacanblus en esos escenarios. Mi viejo es violero y me enseñó a tocar guitarra desde chica. Así que el blues, la música, las mujeres del blues, son parte de mi vida desde que tengo memoria”.

 ¿Cómo fue que decidiste el nombre?

 El nombre es una de las primeras ideas que me vinieron a la cabeza. En general me dejo llevar por el impulso. Se me ocurre algo, si me gusta, queda. No pienso demasiado las cosas, soy más de ir al grano al toque. “Blues en concha”, el female blues al desnudo.

También suelo buscar el impacto. El nombre llamó mucho la atención, tuvo sus adhesiones como también ligué quejas de cierto público. A lo que respondí que “concha” no es, o no debería ser, un insulto. “Concha es una palabra hermosa”.

¿Qué te movilizó, más allá de la propuesta, a emprender este programa sobre las mujeres del blues?

 Me movilizaron muchas cosas, tanto históricas como del día a día. Una de ellas, el amor por las mujeres del blues, por lo que te comentaba antes, que me acompañan desde chica. Y otra que me pegó fuerte fue agarrar una “ENCICLOPEDIA DE BLUES” donde eran todos tipos y apenas 3 o 4 mujeres. ¡Tres o cuatro mujeres entre unos mil huevos!

Sinceramente no lo podía creer, porque cuando me puse a investigar para realizar Blues en Concha, encontré cientas. ¡Y mujeres que tocaban todos los instrumentos! No sólo cantantes. Excelentes guitarristas, pianistas, armoniquistas, multiinstrumentistas, con historias, anécdotas, vidas sumamente interesantes.

¿Hace cuánto tiempo que Blues en Concha está en el aire?

Blues en concha surgió hace un año y medio, aproximadamente, ya vamos por el episodio número 36. No quiero dejar de nombrar a Marina Abal, quien edita Blues en Concha, que las hace con tanto amor y es super profesional. No es un trabajo fácil, es mucha información para procesar, y siempre quedan hermosas.

 El blues femenino como resistencia

 ¿Qué les hizo pensar a los hombres

que podían tratar a las mujeres como lo hacen?

Yo no quiero a un hombre

a quien deba darle mi dinero”.

 Gladys Bentley, cantante, pianista y compositora del blues.

Como refiere Mercedes Jabardo en “Feminismos negros”, las cantantes negras del blues se resistían a reflejar en sus letras historias desde la resignación y la impotencia “Al contrario, sus letras estaban plagadas de referencias a la independencia femenina, al control sobre sus deseos, al ejercicio libre de su propia sexualidad. No eran sólo las letras. Sus trayectorias vitales estaban salpicadas por estos  escenarios construidos al margen de la moral dominante”.
Verónica investiga acerca de las historias de estas cantantes que se plantaron y desafiaron las convenciones de la época.

¿Cómo elegís a las artistas y a su música?

Si fuera por mí, las nombraría a todas, una por una. Creo que no debería faltar ninguna en Blues en concha, pero como comentaba… ¡son cientas! y medianamente tengo que hacer una selección. Al haber encontrado semejante cantidad de artistas, elijo aquellas que no son las más conocidas, pero también a esas que podemos escuchar mejor porque hay material con buena calidad de sonido. De nada sirve que te hable sobre una mujer del blues de la cual no hay material disponible para disfrutar. Así y todo, hay mujeres del blues que no podemos obviar, por lo que tuve que hacer algún que otro programa con canciones que sonaban con esa fritanga del disco viejo, y bueno, en definitiva, eso también tiene su magia. Además, si hiciera el programa con las que más me gustan, algunas quedarían afuera, y no creo que sea justo hacer una recopilación de investigación musical e histórica, únicamente basada en mi gusto personal.

 ¿Qué te inspira de cada historia?

Me inspiran más aquellas que obtuvieron su espacio mediante la lucha (aunque son casi todas). Hay muchas pioneras del blues que han sido prácticamente las primeras feministas. Ser música, ser mujer, y encima negra, en las primeras décadas del 1900 no habrá sido nada fácil. ¡Se la re bancaron! Son admirables.

 Quisiera que nos cuentes, alguna de las historias que más te conmovieron.

 La historia de Gladys Bentley que nació en Filadelfia, Pensilvania, en el año 1907. 

Desde muy chica, Gladys desafió las normas de género y feminidad. Usaba la ropa de varón de sus hermanos, en vez de vestidos. 

El comportamiento de Bentley era visto como anormal y “desagradable”, lo que llevó a sus padres a llevarla al médico en busca de solución. Los psiquiatras catalogaron su comportamiento como una “extrema inadaptación social” debido al pobre ambiente donde vivía.

A los 16 años pudo irse de la casa. Fue a Harlem y comenzó a actuar en bares, impresionando a un agente de Broadway que de inmediato le propuso que grabara ocho canciones y un cheque de 400 dólares. A inicios de la década de los veinte, debutó como cantante, pianista y animadora.

Actuaba, con sus 130 kilos y vistiendo esmoquin blanco y sombrero de copa, junto a un coro de travestis. Cantaba con voz profunda letras escabrosas con música de canciones populares. 

La policía visitaba constantemente los bares donde se presentaba porque recibían denuncias de “canciones sucias” de su autoría. Sin importar lo que fuera a suceder, Gladys Bentley llenaba los mejores clubes de Harlem.

Bentley y su espectáculo fueron vencidos por la clausura de varios lugares que atraían a la comunidad de lesbianas y homosexuales.

Más tarde, escribió un artículo para la revista Ebony titulado “Soy una mujer de nuevo”, en el que hablaba de un tratamiento médico que le ayudó a despertar su “feminidad” y que se había casado dos veces con hombres. En las fotografías que acompañaban el artículo aparecía ella haciendo limpieza en su hogar.

Escribió también: “Durante muchos años viví un infierno personal. Como un gran número de almas perdidas, yo habité esa tierra de nadie que existe entre los límites de los dos sexos”

Lo que más me llamó la atención de ella fue por todos los extremos que tuvo que pasar su alma para poder seguir cantando blues, que era lo que más la hacía sentirse ella misma.

Gladys no es conocida, y resume mucha lucha y tristeza, pero nunca dejó de cantar.

 ¿Hay algún programa que recuerdes especialmente?

El de Koko Taylor, por una anécdota que siempre cuento. Cuando fuimos a verla con mi viejo al festival de blues Alligator, estaba por empezar un tema, un blues. Mi viejo gritó: ¡Esaaa! un grito de éxtasis muy característico en él. Y Koko le respondió gritando: ¡Esaaa blues!
Fue tremendo, fue mágico. Cada vez que hablo de esto me emociono, y por eso me emocioné cuando hice el especial de ella.

Con el de Katie Webster también me conmoví un montón, porque la vi de muy cerquita tocando el piano cuando vino a Argentina, moviendo sus dedos locos y con esa sonrisa de oreja a oreja, cuando hacía muy poco había tenido un accidente que le afectó la vista y perdió movilidad en la mano izquierda. Así y todo ella estaba ahí, dando un show espectacular. Su felicidad haciendo música  me quedó muy grabada.

No tan rouge

 “Sin embargo, usted no debe conformarse

con menos de lo que le hace feliz.

En lugar de elegir lo que creas que es mejor,

ya sabes que tienes lo que necesitas cuando la felicidad llega”.

 Janis Joplin.

 Vos también sos música. ¿Cómo fue que te empezaste a conectar con la música?

Siempre rock y blues, y las grandes bandas. Desde que mi viejo le ponía el grabador en la panza a mi vieja embarazada de mí, con Pink Floyd sonando, y lo mismo han hecho con mis 4 hermanes. Ahora escucho música similar a la que oía de piba. No puedo escapar a mi “naturaleza”. Igual en la adolescencia pasé por el pop y un poco de tecno (risas).

 Creo que escuchar todo tipo de música siempre suma. Mientras sea por elección propia. Si hay algo que odio profundamente, es cuando te obligan a escuchar música los vecinos, por ejemplo. O cuando vas en el transporte público. Esto tengo que decirlo, porque realmente saca lo peor de mí. Esa contaminación auditiva constante.

¿Por qué me hacés esto, vecino de mierda?

Bueno, no me quería quedar con eso de que todo tipo de música suma. Ya me calmé (risas).

Verónica además de acercarse a las mujeres del blues internacional, apuesta a la música local.

Ella nos cuenta un poco más acerca de esto.

Entrevisté primero a Emma Pardo, que justo estaba haciendo un tributo a Big Mama Thornton. Emma tiene una voz increíble para el blues, también hace coros en Umma Gumma, banda tributo a Pink Floyd. Luego vino la nota a Natalia Chica Ciel, que ha hecho un show musical sobre mujeres del blues y otros especialmente del country blues. Ella es otra apasionada de nuestras mujeres bluseras.

Me di el lujo de entrevistar y conocer (por teléfono, ya será personalmente) a Viviana Scaliza, ex cantante y guitarrista de las Blacanblus, de una voz inmensa. Es muy amorosa, Scaliza.

Me gustaría poder entrevistar en algún momento también a Cristina Dall (pianista) y a Deborah Dixon (cantante), de las Blacan. Son mujeres con mucha historia. En la cultura del blues argentino e internacional son importantísimas. También me gustaría entrevistar a Cristina Aguayo, pionera del blues, del spiritual, en Argentina.

Además, de un talento radial y compromiso con los derechos de la mujer desde la música, forma parte de una banda “No tan Rouge”, donde canta y toca la guitarra.

 “Actualmente estoy con la banda que formé hace dos años: No Tan Rouge. Primer banda que formamos con amigas. Primero todas pibas, después fue mutando. Me acompañan Mumi Catarineu en voz media, Rocío Villaverde, soprano, mi hermano Erick “El Bocha” Falco, en guitarra, también canta algún tema y Gaby Binder en batería. Yo canto y toco guitarra. Ahora estamos buscando bajista.

Recién este año me dediqué un poco a hacer cosas sola. Creo que esto del aislamiento me vino bien para soltarme un poco a escribir más, tocar más, editar, y así fue surgiendo esta faceta “solista”. Entre comillas, porque incluso sola, siempre estoy trabajando colectivamente. Nunca trabajé ni trabajo para mí sola. La música la vivo como un trabajo, detesto la idea de que es un hobby.

Aprender a editar, es una de las cosas más lindas que me pasaron en los últimos tiempos. Me cambió la cabeza completamente. La cabeza, el oído, la manera de tocar y cantar incluso. No escucho música de la misma manera que antes”.

 ¿A qué se debe el nombre de la banda “No tan Rouge”?

 Como al principio la banda era toda de pibas,  más que nada de blues, y como una de nuestras bandas referentes eran las Blacanblus, por nuestros arreglos armónicos de tres voces, nos acordamos del tema Rouge y pentagrama, que es ícono de las Blacan. Y como éramos todas pibas de barrio, mujeres más de patear la calle que de usar rouge, se nos ocurrió el “No Tan”. Porque eso somos, Mujeres “No tan rouge”.

 ¿Algún proyecto que quieras compartir?

El viernes 13 de noviembre a las 20hs, vamos a tocar en la Biblioteca Popular Alberdi, y posiblemente, si todo sale bien, vamos a estar haciendo un ciclo con mi amiga y colega Gabriela Binder, baterista y dibujante, emprendedora. Un ciclo de Blues en la Biblioteca, en principio, para mujeres y disidencias.

¿Qué significa la resistencia para vos?

Resistir es no dejarse vencer por los mandatos agobiantes del sistema. Resistir es no aceptar que todo está dado y siempre buscar más. La búsqueda constante de la libertad es resistencia. La independencia de pensamiento es una de las más fuertes y difíciles maneras de resistir.

¿Cómo pensás y vivís el arte?

 Como compromiso con cualquier circunstancia de la vida. Como un reflejo real de lo que nos pasa adentro. No creo en separar la obra del artista. Así nos fue, escondiendo violentos, aceptando sus obras, que incluso a veces fueron una mierda, pero fueron sobrevaloradas debido al acomodo, al patriarcado… esto da para demasiados renglones más.

¿Qué sueños te motivan a seguir?

Tener mi propia radio, estudio de grabación, bar donde toquemos con nuestras bandas y hagamos comidas, un sueño familiar. No tener nunca más jefes. Vivir de la música. Ser libre.

 Y finalizando, Vero, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a quienes lean esta entrevista?

 Que nunca pierdan su libertad. Que cuando sientan que están a disgusto con algo o alguien, hablen, y si no hay respuesta o la respuesta no les gusta, a otra cosa mariposa. Vuelen de donde no están sintiéndose a gusto. Porque ese malestar se llama asfixia. Y no se puede crear ni sentir buenas cosas cuando hay asfixia. No funcionan bien ni el cerebro ni el corazón con la falta de aire (risas).

La libertad acaricia las palabras entonadas por estas mujeres, más allá del costo que ese riesgo implica, porque lograron encontrar en el blues una manera de resistir a lo que se imponía y esperaba de ellas. Descubriéndose a sí mismas, generaban que otras también lo hicieran, porque traducían los deseos y necesidades de mujeres que habían pasado por las mismas situaciones y buscaban esa aclamada libertad.

Verónica suena a blues, female blues , como le gusta decir a ella.

Sus programas tienen el espíritu de estas mujeres transgresoras, únicas, rebeldes que se atrevieron a ser porque creyeron en sí mismas y en ese acto pierden el miedo, animando a las demás a que puedan volar y salir del maltrato. Como dice Nina Simone:”la libertad, es no tener miedo”.

Es imprescindible construir miradas más amplias sobre el feminismo, que estos programas se visibilicen, para seguir fomentando la cultura que expande y moviliza; el arte que cuestiona y nos cuenta de las pioneras, las revolucionarias que siguen haciendo historia en cada una de nosotras.

Blues en concha desnuda, apuesta, trasciende, ocupa, reinventa y transpira feminismo; ese feminismo que desde el arte, nos convoca a detener la mirada en aquellas que se paraban arriba de un escenario y decían:” ¡Basta!”.

Así lo decía el poeta Sterling Brown, quien quedó fascinado con Ma Rainey, una de las primeras cantantes de blues, a quien escuchaba cantar de pequeño y  años más tarde, le dedicó este poema.

“Ma Rainey” (1932)

Cuando Ma Rainey
llega a la ciudad,
gente de cualquier lugar donde
Miles esté cerca, de
Cape Girardeau,
Poplar Bluff,
acuden en masa para escuchar a
Ma hacer sus cosas;

(…)

O Ma Rainey,
canta tu canción;
Ahora has vuelto.
A lo que perteneces, entra dentro de nosotros, mantennos fuertes. . . . Oh Ma Rainey, Li’l y low; Cántanos sobre la mala suerte Roun ‘nuestro hacer’; Cántanos sobre el camino solitario. Debemos ir. . . .

Para contactarla: 

https://www.facebook.com/bluesenconcha/

 Instagram: @veronicaliafalco

Fuente: https://noticiasancap.org/

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