Altura. Por María Margarita Pérez Vallejos

Altura. Por María Margarita Pérez Vallejos

No sé cómo estoy aquí

Me dejó caer un helicóptero

He subido una escalera larga

y alguien la quitó

No está

Me trajo la tormenta

y conmigo se cansó

(ojalá esté descansando por ahí)

y regrese por mí

-Inmortalidad-

en total libertad

La soledad es inhabitable

si llega sin llamarla

Grito un nombre

y el eco

repetido mil veces

a través de otras cumbres

me lo devuelve

Me voltea y es

tan potente como la angustia

del espacio ínfimo que sostiene

a distancia luz del suelo

Cabe mi cuerpo

sentada o de pie

en lo que tengo por refugio

sin escapatoria

Es redondo

y dando vueltas

necesito crear un escape

Sólo hay acantilados

húmedos y lisos

como jabón recién usado

que ríen

si miro hacia abajo

en su azote de mar

o de nada

abriéndome sus bocas

de tiburones plásticos

con ganas de tragar

¿Quise estar aquí?

Es imposible

El cielo es límpido

Azul como única paz

Como el tono de pared

de mi cuarto

Mantenerse aquí

es respirar malévola libertad

tan helada y solitaria

Tan cruel mandataria

Ama de la insostenibilidad

Es como si todos se hubieran ido

Como estar en el mundo sola

cuando no se había creado

en un picacho duro

a intemperie impía

sin más voz que el viento

Escalofriante realidad

-es estar solo-

Las manos están frías

Crujen los huesos

como estertores de muerte.

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