“A mí no me preocupa solo Milei, me preocupa una sociedad que dejó de ser solidaria, sensible, compañera”: Juan Botana en Radio Riachuelo

“A mí no me preocupa solo Milei, me preocupa una sociedad que dejó de ser solidaria, sensible, compañera”: Juan Botana en Radio Riachuelo

Programa político-cultural conducido por Adrián Dick Preston los jueves de 12 a 13 por FM 100.9. Invitados: Mariel Pardo y Juan Botana para hablar de literatura, actualidad y libros.

“Vos te referías al caso Loan y para ejemplificarlo tuviste que ir 25 años atrás y lo relacionaste con el de María Soledad Morales. Yo estuve en el juicio a María Soledad en Catamarca acompañando a un amigo que trabajaba para el programa “Memoria” de Chiche Gelblung. Y decías que eran dos casos que se dan en el interior del país, tan lejos de acá, y trajiste a colación otro programa llamado “El país que no miramos” que se transmitió por canal 7 entre el 83 y los 90. Y quizás sea un error interpretarlo así. Porque estas cosas suceden también acá, a la vuelta de la esquina y nos hacemos los boludos. No tienen que pasar en Corrientes vía Paraguay y esperar que los medios lo transmitan todo el día en cadena nacional para horrorizamos. El problema es que tenemos una ministra de seguridad que cree que la seguridad es impedir piquetes o manifestaciones en la vía pública y no la red de trata, y tardó varios días en intentar esclarecer el caso y todavía no lo consiguió”.

“Y esto lo quiero relacionar con la crónica que es el género que yo actualmente leo y hago. Entiendo la crónica como un cuento que fue verdad. Pero esa verdad es lo otro, es lo raro, es lo lejano. Yo tuve la suerte o la desgracia de nacer en Palermo, y para alguien que se cría en Palermo por más que no sea rico la visión que tiene siempre es egocéntrica. Para quien vive en Palermo o Caballito como viví yo de adolescente y de chico, Camino Negro es lo otro, por más que hace más de 20 años viva en Banfield, mucho más cerca de ahí”.

“Un chico que trabajaba conmigo me decía que yo era un progre que no entendía nada de la realidad, que defendía a determinada comunidad latinoamericana porque no los conocía. Que él vivía en los edificios de Lugano rodeado de esa gente y que cuando los conocés los odias. Seguramente su comentario es un tanto facho, pero sirve para entender desde qué lugar se habla y cuánto desconocemos de una realidad. Lo mismo les pasa a los medios de comunicación de capital cuando hablan de Loan o de María Soledad”.

“Hoy traje dos libros que estoy leyendo ahora. Uno es “Mi amiga Gladys” de Pedro Lemebel. Son crónicas escritas por Pedro que cuentan anécdotas o vivencias con Gladys Marín, miembro del Partido Comunista chileno y candidata a presidenta en 1999 por un frente de izquierda. El otro es “Un barroco de trinchera” de Osvaldo Baigorria, que publica las cartas enviadas por Néstor Perlongher a Osvaldo y a quien era por entonces su mujer y viceversa. Uno desde Tablada, Avellaneda o la ciudad de Buenos Aires y los otros dos en Canadá. Y en los dos libros quiero rescatar y criticar cierta literatura que se está haciendo ahora, que exhibe actos privados como si fueran hechos literarios. Tal vez porque la comunicación hoy día se volvió personal e importa más la vida del autor que su obra. Y si no se está buscando qué de su obra fue verdad”.

“Y quizás como yo estudié comunicación y trabajo y tengo cierta inclinación al periodismo me interesan esos temas. El riesgo es pensar que eso es literatura. La literatura a mi entender cuánto más ficción es más literatura es. Un buen escritor inventa. Cuánto menos datos de la realidad y de nuestra vida personal tenga más literatura va a ser. Yo no hago exactamente literatura, escribo algunas cosas con cierta sensibilidad, con metáforas, argumentando, pero no invento historias. Tomo datos, anécdotas o hechos de la realidad que a veces me pasaron a mí y otras veces a otros o veo o investigo”.

“Así armé mis libros “Recovecos”, que son cuentos personales; “Toda la voz de América en mi piel”, un ensayo sobre la crónica latinoamericana a través de las crónicas de Pedro Lemebel; “Amores truncos”, que es el más conocido -o el único conocido-; y “Sin ojos que los miren”, que son crónicas. A mí me reconocen como poeta o como gestor cultural por los festivales de poesía que organizo o mi web Carta abierta, pero yo me considero cronista, porque la forma en que armo los textos tienen esa lógica. Un dato de la realidad tratado como historia con un final contundente o sorpresivo y cierta sensibilidad”.

“Hoy día nos estamos volviendo insensibles como sociedad, salvo cuando vemos un caso en televisión o en las redes como el de Loan o alguien se nos acerca y expone en nuestra cara la pobreza. Y es el Estado el que tiene que actuar. Pero hoy muchas de las funciones del Estado están negadas por la sociedad. O no les interesan. Nosotros porque estamos intelectualizados o politizados y creemos que el peronismo esto, que el campo popular esto otro o que hay una relación directa entre la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y la vuelta de la democracia o la defensa de la vida. Pero para la mayoría de la gente no. Está viendo cómo llegar a fin de mes. Cómo hace para que sus hijos estudien y no caigan en las drogas o se queden sin hacer nada porque no hay futuro. Y después de la pandemia con el aislamiento el egoísmo ganó. O mejor dicho cierto individualismo que piensa en la libertad de uno y no en la de los demás. Incluso cagándose en el otro. A mí no preocupa Milei. Quiero decir: a mí no me preocupa solo Milei, me preocupa una sociedad que dejó de ser solidaria, sensible, compañera”.

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