Machete en mano recorría la casa en ruinas. Aún podía escuchar el griterío del pelotón de muchachos jugando y corriendo por todo el jardín hacia la piscina, celebrando el maravilloso día de fiesta:
¡Corre, corre! Ven por aquí…
¡Lánzate!
La casa donde todos celebraban… La casa de todos, donde la vida se compartía con alegría y deseos. Donde el padre era el centro y columna del universo… ¡El mismo Sol!
Donde todo era brillante y perfecto. Donde todos y todo calzaba…
Hoy, las ruinas y el monte se tragaban los recuerdos felices de la infancia por aquellos terrenos. Entonces… ¿dónde fue a parar todo?
Lanzando machetazos a la tierra seca, observa sus huellas enclavada por el camino que se volvió estrecho de tanto esperar el calor humano recorriendo la vereda triste…
Para Nathacha, en su búsqueda perenne…