El estimulo del afuera, apaga las luces del que sufre. Una sociedad acaparada por encontrar satisfacción, poder no puede poner los ojos en otros diferentes, con necesidades insatisfechas, con enfermedades, sin medios para curarlas.
En este cuadro algo caótico que retrato del ser humano, se mueren personas.
Vidas, talentos que pierden en el mientras tanto de alguién que toma un café, u otro que piensa como pagar sus cuentas, o el adinerado que planea irse a algún lugar paradisíaco.
Vi en estos días por Netflix, una película (Palabras escritas en la pared del baño) que muestra la vida de un adolescente con esquizofrenia. La lucha del joven y de su familia para tratar de insertarlo en una sociedad que mira hacia otro lado.
Cómo si fuera contagioso.
La discriminación, la falta de consideración hacia otro , -por no ser digno- de la casta de humanos ” exitosos” hace sumir a las personas con trastornos mentales y físicos, en un sin salida.
Todo lo que escapa a lo que la sociedad considera perfecto, está por fuera de lo normal, por lo tanto se los excluye. Viejos, pobres, enfermos. El maltrato y la desinformación son armas muy peligrosas.