El partido homenaje a Juan Román Riquelme pareció más un lanzamiento a la presidencia de Boca o un aval a su persona que una despedida del fútbol. Porque del fútbol activo se retiró hace rato. Aunque ahora maneja un consejo de fútbol repleto de amigos (Bermúdez, Delgado, Serna, Cascini) y era el vicepresidente segundo de Boca y desde que renunció Pergolini, el vicepresidente primero. Y si te ponés a pensar por sus declaraciones y apariciones en medios pareciera que él es el presidente de Boca y no Jorge Ameal. Y casi seguro se lance a presidente del club para fin de año o acompañe como vice de nuevo a Ameal y compita contra la lista de Macri encabezada por Andrés Ibarra y otras agrupaciones “bosteras” como la de Jorge Reale. Y digo “bosteras” porque él y su agrupación se autopercibe así: “Soy bostero”. Y en su partido se dio el gusto de ver jugar una tarde en la cancha de Boca a Lionel Messi, después de ser campeón del mundo; de encontrarse y jugar con amigos y ex compañeros de la selección y de Boca en el patio de su casa como dice (Hugo Ibarra, Óscar Córdoba, Cata Díaz, Jorge Bermúdez, Claudio Morel Rodríguez, Pablo Ledesma, Mauricio Serna, Gustavo Barros Schelotto, Marcelo Delgado, Antonio Barijho, Carlos Bianchi, Coco Basile, Lionel Messi, Ángel Di María, Leandro Paredes, Pablo Aimar, Javier Saviola, Lionel Scaloni, “Manteca” Martínez, “Killy” González, Fernando Gago, Leo Franco, Lucho González, Blas Giunta, Fabricio Coloccini, Diego Placente, Esteban Cambiasso, Sebastián Battaglia, Martín Demichelis, entre otros) y hasta su hijo Agustín. Y si alguien tiene alguna duda de quién es el ídolo máximo de la historia del club la discusión puede que esté cerrada. Y aunque Boca este año no gane la Libertadores o la quinta como dicen ahora. Puede que lo voten presidente o lo reelijan. Porque con Riquelme pasa algo parecido que con Massa en el gobierno nacional, parecieran que son ellos los que hoy gobiernan. En Boca y en la Argentina. Y encima los dos son de Tigre y quién te dice se alían. Y si no les estoy dando una buena idea. Todos saben de la rivalidad de Riquelme con Macri desde que era muy joven cuando con ese “Topo Gigo” genial puso a toda la Bombonera en contra del empresario porque no le pagaba lo que merecía. Si por entonces hasta Diego Maradona acusó a Macri de “cartonero” porque decía que no tenía plata y ya sabemos cómo son los millonarios cuando se quieren hacer los pobrecitos y llorar miseria. Y si encima quieren ser políticos peor. Pero ésta es historia vieja. Aclaro que soy de River y Riquelme me cae simpático por algunas cosas. Una, que se le plantó a Macri cuando jugaba divino y era pendejo. Dos, porque casi lleva al Tenerife de España a la final de la Champions y si hubiera entrado aquel penal, quién sabe, hasta ganaba la Copa. Tres, porque en la final entre Boca y Bayern Münich jugó casi solo y bailó a todos los alemanes y si Macri hubiera comprado un nueve cuando se les fue Palermo hubieran ganado otra Intercontinental, pero terminaron jugando con dos puntas como el “Chelo Delgado” y Guillermo Barros Schelotto y perdieron. Cuatro, por el partidazo que hizo Boca contra el Real Madrid con Carlos Bianchi de técnico. Y cinco, volvió a Argentinos Júniors en el final de su carrera. Y yo hincho por los menos poderosos y si juegan bien, mucho mejor. Y Román en estos cinco casos reunió esas condiciones: era pendejo, Tenerife es un club chico en España y Europa, jugó casi solo contra el Bayern Münich y Boca era menos que el Real Madrid. Aunque ahora la historia es distinta y el poderoso es él. Pero si es contra Macri deja de serlo. Aunque un día fuimos a jugar un partido de fútbol a unas canchitas de Nuñez y vino un muchacho que era el mejor amigo de Leandro Gracián y después vino un día el “Tano Gracián” a jugar a esa canchita. Gracián tenía de chico el póster de Riquelme en la casa y se hizo colgar en los Tigres de Monterrey para que lo vendieran a Boca. Y cuando llegó a Boca fue compañero de Riquelme. Justo en el momento de la disputa entre Palermo y Riquelme. Que a propósito no fue a su partido homenaje o despedida. Y decía que vos lo amás cuando no lo conocés y que cuando lo conocés lo odiás. Digo esto mientras el hermano de un sobrino político mío me dice que él no es de Boca que el es Riquelmista. Y entonces a uno le entra la duda. Y recuerda cuando no congenió ni con Maradona ni con Bielsa en la Selección Argentina. Pero eso más por culpa de los técnicos que de Román que no supieron encontrarle un lugar en su esquema. Porque a Riquelme lo podrás criticar por su carácter o por cierto personalismo a la hora de conducir el fútbol en Boca, pero no podés discutir cómo jugaba. Y haber privado a un 10 como Riquelme de dos mundiales fue una torpeza.