Candidaturas políticas 7. Por Juan Botana

Candidaturas políticas 7. Por Juan Botana

Los políticos argentinos hablan de democracia, pero si la pueden trampear la trampea. Ponen las PASO y después no le gustan. Arman partidos o frentes y después no quieren someterse a internas. Y si las cosas no le son favorables arman otro frente. En eso fue más vivo Milei que todavía no se juntó con nadie para no tener que acordar en la diferencia. Acaso una premisa de la democracia pero que se relativiza en la Argentina. La diversidad nos cuesta. Larreta insiste en ampliar el espacio con radicales y peronistas, porque cree que él encabeza. Bullrich se niega y se refugia en Mendoza, tierras más afines al radicalismo y a la derecha chilena que pasea. Alberto no hubiera aceptado PASO siendo el actual presidente, si hubiera podido ir por la reelección y si su intención de voto fuera buena. Macri se hubiera postulado si supiera que ganaba, pero ni a él ni a los encuestadores les parecía. Cristina lo mismo. La izquierda se la pasa poniendo a sus sellos “Unidad” cada vez más lejos de la palabra frente y de izquierda. Y si bien deciden todo en asambleas tardaron veinte años en sacar de su boleta de candidato a presidente a Jorge Altarmira y ahora les cuesta bajar a Nicolás del Caño y poner a una mujer, Myriam Bregman. Wado por ahora camina. Scioli espera comparándose con Lula y creyendo que podrá hacer una coalición amplia que vaya del kirchenismo a la derecha. Pero eso en Brasil pasó, porque Lula era oposición y enfrente tuvo a Bolsonaro y la pandemia. No cuando alguien es del mismo frente que gobierna y encima no le va muy bien. Para no adjetivar de otra manera. Massa en cambio quiere ser candidato único y si no, haría una paso si sabe que gana y/o Wado lo secunda. Y hasta acepta que Máximo Kirchner participe del plenario del Frente Renovador donde lanza su candidatura a la palestra. Porque este momento del país no es para cualquiera. Es para un hombre, joven pero no tanto, que sabe cómo negociar con los Estados Unidos y con China, con la oposición, con el albertismo, con el cristinismo, con el kirchenismo, con el peronismo opositor, con experiencia de gestión, que pertenece al peronismo y de familia política peronista, con permanente diálogo con Cristina y La Cámpora, que incluso Alberto Fernández aunque con reparos aceptaría, que está peleado con Daniel Scioli y que se mueve con la misma facilidad por izquierda o por derecha. Que puede hablar con miembros de la economía popular, las pymes, el círculo rojo, el Fondo Monetario Internacional y los presidentes de los países del grupo de los BRICS con la misma vehemencia. Pero los liderazgos no se logran con hablar. O se tiene carisma o no se tiene. Alfonsín lo tenía. Menem lo consiguió. Néstor lo sostuvo. Y Cristina lo mantiene. En cambio los políticos como él necesitan revalidar sus votos en la gestión y en una PASO y por ahora ni la una ni la otra. Pero hará todo lo posible para negociar antes y que los candidatos que le molestan no se presenten o vayan de vice, diputados, senadores, gobernadores, intendentes, etc. Me refiero a Eduardo “Wado” de Pedro, Juan Grabois, Daniel Scioli, Jorge Capitanich, Agustín Rossi y Axel Kicillof. Aunque a Capitanich nadie lo mide en las encuestas. Sin embargo, ni bien hay una elección en el interior los principales candidatos van corriendo a sacarse la foto y ver si se llevan algún voto para su hacienda. Así Bullrich fue para Mendoza a saludar a Alfredo Cornejo. Larreta cuando puede se da una vueltita por Jujuy y/o Córdoba. Milei no fue a ver a Antonio Bussi a Tucumán. Porque cuando uno de sus posibles aliados pierden lo niegan. Así es la política actual. Si pueden evitar una PASO la evitan. Si pueden negociar a los opositores de su propio frente antes, lo hacen. Si tienen que armar otro partido o frente lo hacen. Total hay tiempo hasta el 14 de junio para presentar los frentes y hasta el 24 para definir las listas. Y ahí les aconsejo que intercalen candidatos de acuerdo a quien gane o pierda en las PASO para que después no se separen. Ni tengan que anotarse en el pre-viaje para ir a colgarse de algún ganador en alguna provincia amiga. Porque hoy todo esto me hace acordar al programa “Allá vamos” por Canal 13 en los ‘90. Donde periodistas y cámaras de TV de la capital (ahora ciudad de Buenos Aires) iban a visitar a alguna localidad del interior del país, como si necesitaran que los porteños contaran sus historias. Historias donde está el país real. Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires (agrícola y ganadera), Jujuy (litio), La Pampa (gas), Chubut (petróleo), Río Negro (frutihortícula), Santa Cruz (agua), Neuquén (vaca muerta), por citas algunas. O a quién creen que van a ir a pedirle los recursos para pagar la deuda.

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