Carta abierta de María Ángeles Vides Ceballo por el Día Mundial del Reciclaje

Carta abierta de María Ángeles Vides Ceballo por el Día Mundial del Reciclaje

¡Eh, señor! ¡Sí, es a usted! ¡Sí, estamos aquí, dentro de esta oscura y sucia bolsa negra!!

Sáquenos de aquí por favor, que el papel, el plástico y yo, pequeño tarro de cristal con restos de mermelada, queremos seguir viviendo!!

Sáquenos de este lugar donde apesta a orgánico, y que ensucia nuestros cuerpos!!

Me está diciendo mi amigo el papel, que le diga que quiere ser útil de nuevo!!

Dice que quiere ser un diario, para ser cómplice y guardador de secretos. O ser hoja en blanco, para recoger la tinta de una carta de amor, y que quiere ser sobre para viajar, ver mundo y ser el primero en ver la emoción del enamorad@ que espera esa carta con ansia.

Dice, que también le gustaría ser libro de cuentos, para vivir grandes aventuras, para sentir las manos cálidas de quien cada noche lee a los pies de la cama de su pequeñ@ hereder@, quien escucha embelesad@ con los ojos brillantes de emoción, mientras se queda dormid@ sobre una esponjosa almohada… ¡Dice que eso lo haría inmensamente feliz!

Y dice mi amigo el plástico, que él quiere ser el macetero que guarde la tierra donde broten geranios en primavera. Que quiere ser cubo, para jugar con niñ@s en la orilla del mar y que junto a la pala y el rastrillo hacer castillos de arena, dice que también quiere ser cometa y bailar con el viento mientras cae la tarde una calurosa tarde de verano…

¡Fíjese que hasta dice, que quiere ser contenedor amarillo para recoger a los de su especie! ¿Sería fantástico, no cree?

¡Y yo, pequeño y triste tarro de cristal, que me vaciaron por dentro y aquí estoy pidiendo auxilio! Sáqueme de aquí porque yo… yo quiero ser botella para el agua que calma la sed del caminante, ese que peregrina para cumplir promesas. Quiero ser un elegante y esbelto jarrón de cristal que abrace las flores frescas recién cogidas cada día de un precioso jardín. Y también quiero ser obra de arte, quiero ser cisne esculpido por las manos de un artesano y presumir en el escaparate de una tienda en una hermosa ciudad, donde diga “no tocar, el que rompe paga”. ¡Imagínese lo valioso que puedo llegar a ser!! Es que la verdad señor, yo también quiero ser tantas cosas…

Sáquenos de aquí por favor, que queremos vivir de nuevo!. No nos deje morir junto a esta basura orgánica. Llévenos con los que habitan en los contenedores de color amarillo y azul, y a mí deposíteme en el contenedor verde, el del agujero grande!! ¡Ellos sí que tuvieron suerte, los de nuestra especie que fueron a parar a esos contenedores de las manos que quieren cambiar el mundo, el planeta!

Y un último favor señor… Sabemos que los humanos solo pueden vivir una vida, pero nosotros podríamos tener infinitas. Si ustedes usaran en la suya la conciencia y la responsabilidad, indispensables para proteger a la madre naturaleza, esas vidas infinitas serían una realidad.

¿Podría difundir usted esta petición, este deseo, este grito de auxilio al resto de la humanidad?

Y por favor, hágale también llegar nuestro agradecimiento, a todos esos humanos que cada día realizan una buena acción para conservar la naturaleza, que dejarán en herencia a sus hijos, a sus nietos, a sus bisnietos, pero sobre todo a lo más importante, a lo más valioso, a nuestro maravilloso planeta tierra…

María Ángeles Vides Ceballo

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