La liberación de los sospechosos volvió la investigación a foja cero. La comunidad católica de Oberá se pregunta: “¿Dónde están los asesinos de Gladis?”
Bajo el título: “¿Dónde están los asesinos de Gladis Gómez?”, la Diócesis de Oberá difundió ayer una carta abierta reclamando por el esclarecimiento del homicidio de la catequista y comerciante obereña, luego de la excarcelación de dos sospechosos que permanecieron un año detenidos.
La semana pasada Mario Antonio A. (28) y Santiago Miguel S. (27) fueron beneficiados con la falta de mérito y recuperaron la libertad por disposición del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.
De esta forma, la investigación por el crimen de Gladis Beatriz Gómez (39) volvió a foja cero, lo que generó gran indignación en los familiares de la víctima.
La mujer era activa colaboradora de la Diócesis de Oberá, desde donde hicieron un fuerte llamamiento a las autoridades encargadas de impartir justicia.
“Tras la reciente noticia de la liberación de los únicos sospechosos y sin otros posibles acusados del asesinato de la joven catequista y comerciante Gladis Gómez, como comunidad Católica de Oberá, nos unimos una vez más a sus familiares y amigos que sintiéndose conmovidos y desamparados se preguntan: ¿dónde están los asesinos de Gladis?”, cita el escrito.
Y agrega: “Circulan libremente por nuestros barrios, sin justa condena. Nuestras familias están en riesgo. La vida de cada uno de los ciudadanos está expuesta a la merced de delincuentes”.
La noche del 2 de marzo del año pasado Gómez fue asaltada por dos motochorros, uno de los cuales le efectuó un disparo en la cabeza. La víctima agonizó durante once días en el Hospital Samic, donde finalmente falleció el 13 de marzo.
Paz y verdad
En la carta abierta publicada en la víspera, la comunidad católica obereña subraya:
“Pedimos a las autoridades judiciales y policiales que intensifiquen efectiva y eficazmente la investigación y la búsqueda de los responsables del homicidio de Gladis Gómez para que este hecho no quede impune”.
“Es necesario y urgente que quienes deben velar por la seguridad y la justicia actúen con celeridad para que estos repudiables hechos de violencia no vuelvan a suceder. Queremos la paz para todas nuestras familias. La paz que surge de la verdad y de la justicia”, insisten.
En el final, se muestran “confiados en que ‘nuestra ayuda viene del Señor que hizo el cielo y la tierra’ (Salmo 121,2) esperamos que pronto se dé con los culpables”.
Liberación de los sospechosos
El homicidio de Gladis Gómez generó enorme conmoción en Oberá, ya que era una muy apreciada colaboradora. Asimismo, la falta de avances en la investigación no hizo más que acentuar el dolor de la familia.
“El 13 de marzo pasado el juez nos dijo que había pruebas para elevar la causa a juicio, pero pasaron diez días y liberaron a los sospechosos. Acá lo único concreto es que asesinaron a mi hermana y ahora nos sacan la posibilidad de hacer justicia. Que se pongan las pilas e investiguen. No pueden jugar con el dolor de una familia”, reclamó Rafaela Gómez.
Detenidos sin pruebas
Mario Antonio A. y Santiago Miguel S. se hallaban en custodia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y recuperaron la libertad el pasado 23 de marzo, tras ser notificados de la falta de mérito dispuesta por el juez de Instrucción Uno, Pedro Piriz.
Sandra Llamosas, querellante en representación de la familia de la víctima, manifestó que adhirió al dictamen del fiscal Elías Bys “porque realmente no había ninguna prueba conducente como para elevar a juicio la causa así como estaba”.
Por su parte, María Cristina Salguero, defensora particular de Santiago Miguel S., cuestionó la instrucción del caso y lamentó que se haya perdido un año para hallar a los verdaderos culpables.
“La realidad es que no había elementos de prueba contra mi cliente ni el otro sospechoso. La imputación no se puede sostener sólo por el hecho te tener detenidos. Nunca vi una causa tan armada. Primero la famosa llamada anónima, después ni una pericia”, cuestionó.
Según Salguero, mientras dos inocentes estuvieron presos durante un año, las autoridades “perdieron la oportunidad de investigar bien para encontrar a los verdaderos responsables. Imagino que para los familiares esto es una doble tragedia”.
Fuente: El territorio