El Ministerio de Salud de la Nación informó que se reportaron 9.388 casos positivos, 8.001 de los cuales fueron notificados entre la última semana de febrero y las primeras tres de marzo. ¿Cuáles son los principales síntomas que presentan las personas infectadas? El dengue en primera persona.
Argentina registra este año un incremento de casos de dengue que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias: según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, en esta temporada se reportaron 9.388 positivos, 8.001 de los cuales fueron notificados entre la última semana de febrero y las primeras tres de marzo. ¿Cómo está afectando a las personas este nuevo brote de dengue? ¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad? ¿Cuánto tiempo dura el malestar? Pacientes infectades en los últimos días por el mosquito Aedes aegypti contaron su experiencia a Página/12.
“Nunca tuve un dolor tan fuerte”
Catalina Di Stefano, vecina del barrio de Mataderos, uno de los principales focos de dengue de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, comenzó con los primeros síntomas el domingo 19 de marzo. “Empecé con mucho dolor de cabeza, especialmente en la parte de atrás de los ojos, y con mucho dolor de espalda. Más tarde, a la madrugada, me desperté con 39 grados de fiebre y, como no me suelo enfermar seguido, el lunes fui a la clínica Santa Isabel, donde me dijeron que era caso sospechoso de dengue”, relató la joven de 23 años.
Debido a que los síntomas eran muy recientes, los médicos y médicas que la atendieron le explicaron que no podían hacerle un testeo y la enviaron a su casa, con la indicación de regresar solo en caso de presentar sangrado, sarpullido o vómitos. “Ese mismo lunes a la tarde me apareció un sarpullido muy fuerte en la cara, en las piernas y en la panza, así que volví. Me hicieron finalmente los análisis y me dijeron que tenía dengue. Como no hay tratamiento, me mandaron otra vez a casa y me pidieron que me presente en la clínica cada 48 para sacarme sangre e ir chequeando distintos valores. También me indicaron paracetamol para la fiebre y tomar de 3 a 4 litros de agua por día”, recordó.
El sábado 25, cuando la fiebre había desaparecido y todo indicaba que ya estaba mejor, se sometió a un nuevo análisis de sangre que no brindó los resultados esperados. “Me dieron bajas las plaquetas y los glóbulos blancos, una complicación que suele ocurrir con el dengue, así que decidieron internarme en observación. Me dijeron además que tenía altas unas encimas del hígado y que tengo hepatitis, también algo común en esta enfermedad. Ahora estoy en el Sanatorio Anchorena, a donde me derivó la obra social, y me están dando suero para hidratarme. Por suerte vengo evolucionando bien”, contó la joven, que espera recibir el alta en las próximas horas.
“La verdad que nunca tuve un dolor tan fuerte en la vida. Los primeros 4 días fueron los peores. Me dolían los huesos, las articulaciones, no había posición donde pudiera sentirme bien”, señaló sobre los síntomas que más la afectaron. Lo importante, concluyó Di Stefano como mensaje a quienes estén atravesando una situación similar, “es no confiarse cuando empieza a desaparecer el dolor e ir igual a hacerse los chequeos; no automedicarse y consultar siempre a un profesional“.
La sospecha de la joven es que el contagio se produjo dentro de su casa, ya que hay otras dos personas de su familia infectadas que, a diferencia de ella, atravesaron el cuadro de manera leve, con 2 o 3 días de fiebre y dolor corporal. En la vivienda, asegura Di Stefano, no hay acumulación de agua que pueda atraer al Aedes aegypti, pero sí es bastante frecuente la presencia de mosquitos.
“El rompe huesos”
Irina Hauser, periodista de este diario, comenzó con síntomas de dengue el sábado 18 de marzo, un día después que su hija, de 14 años. “El viernes ella empezó con un dolor fuerte de cabeza, diferente al conocido. Como lloraba de dolor y tenía 39.2 de fiebre, la llevé a la guardia pediátrica de Los Arcos. La médica que nos atendió nos dijo de una que podía llegar a ser dengue pero que había que esperar por lo menos 24 horas a ver si seguía igual”, relató Hauser a Página|12.
“La única indicación que nos dieron fue que tomara paracetamol para bajar la fiebre, estar atentas al sangrado en nariz, encías o sangrado vaginal, y hacerse chequeos cada 48 horas. La verdad es que fueron desprolijos, no tenían claro cómo actuar, porque si bien esta médica nos dijo de una que era dengue, después en las próximas consultas nos subestimaron mucho y nos dieron mil vueltas”, lamentó la periodista.
El miércoles, luego de varios días de fiebre alta, le hicieron un chequeo de sangre y le detectaron que estaba bajo el nivel de plaquetas. “Además tenía un sangrado medio alarmante, así que la internaron con suero para hidratarla. Con eso recuperó bastante rápido y finalmente le dieron el alta el viernes pasado”, detalló.
El cuadro que atravesó Hauser, en cambio, no llegó a internación, aunque se trató de una experiencia “muy dolorosa”, aseguró. “Empecé con fiebre de 38.5 y dolor de cuerpo el sábado. La sensación es indescriptible, como si te rompieran los huesos, por eso le dicen ‘el rompe huesos’. Fui a la guardia al otro día, me pelotearon un poco, me dijeron que podía tener gastroenteritis porque tenía diarrea y me mandaron a tomar cualquier antitérmico”, recordó la periodista, quien vive junto a su familia en el barrio porteño de Palermo, en un departamento con jardín.
El lunes, decidió presentarse nuevamente a la guardia: “Me atendió otro médico y me dijo ‘vos tenés dengue de acá a la China’. Me hicieron el serológico y un test de sangre y se dieron cuenta por el nivel de plaquetas y glóbulos blancos que tenía dengue, si bien había que esperar 2 días para la confirmación”. Otra señal que permitió llegar al diagnóstico fue la aparición de sarpullido. “Mi hija tuvo en todo el cuerpo y yo en manos y pies”, precisó.
Esta semana, sus plaquetas empezaron a elevarse a niveles normales pero los malestares aún continúan. “Estoy con el hígado a la miseria y el hepatograma me da mal. Tengo un gusto horrible en la boca, que puede ser por alteración de las glándulas y por el tema del hígado, así que me cuesta mucho comer. Tampoco es que tengo mucho apetito. Además, estoy cansada, no tengo fuerzas para nada”, contó Hauser. Su hija, por el contrario, “se siente espléndida, pero le sigue dando mal el laboratorio en algunas cositas, como los glóbulos blancos, así que no la dejan volver a la escuela todavía porque si se agarra algún bicho puede llegar a ser peligroso”, explicó.
Una alergia que no fue
Ariel Argañaraz, de 47 años, vive en Villa Ortúzar, Ciudad de Buenos Aires. El miércoles 22 de marzo empezó con unafiebre de 38 gradosy, pensando que se trataba de alguna gripe, se tomó un ibuprofeno. Al día siguiente, a la fiebre se le sumó un sarpullido en las piernas, por lo que decidió acercarse a la guardia de un hospital. “Lamentablemente lo trataron como una alergia y me dieron una inyección de corticoides que lo único que hizo fue sacarme el sarpullido”, señaló.
El viernes, como seguía con fiebre y tenía mucho dolor corporal, fue nuevamente a la misma guardia, donde otra médica le explicó que podría tratarse de un caso de dengue, que hiciera reposo y tomara agua. El lunes, preocupado por la falta de precisiones, decidió ir al Hospital Muñiz. “Ahí me atendieron súper bien y me hicieron varios análisis. A la noche me llamaron porque tenía las plaquetas muy bajas y me pidieron que me acercara este martes para hacer nuevos exámenes, que por suerte mostraron que las plaquetas están subiendo”, comentó.
Los síntomas del dengue, afirmó Argañaraz, “son muy feos, la fiebre se mantiene altísima por varios días, tenés un dolor corporal total horrible. Con el paracetamol aflojás dos o tres horas, pero vas mirando el reloj y sabés que se te viene la noche”. Además, “te sentís como un anciano, con movimientos muy lentos, y eso que soy un tipo saludable y hago deporte. No tenés hambre, tenés aliento feo, el hígado se resiente, se te descalabra todo el cuerpo. Yo, por ejemplo, estuve varios días sin poder ir al baño”, añadió.
Actualmente, está recibiendo un seguimiento telefónico por parte del Gobierno de la Ciudad, un sistema similar al utilizado durante la pandemia de coronavirus que, si bien es útil, no soluciona los problemas de diagnóstico y prevención que existen en la actualidad, reflexionó Argañaraz. “Tengo bronca porque que me dieron una inyección innecesaria y no pudieron ver con más claridad que se trataba de un caso de dengue. Tampoco veo una campaña fuerte para combatir este problema, teniendo en cuenta la gravedad de lo que está pasando. O, si la hay, no está siendo tan masiva como debiera ser”, concluyó en ese sentido.
Dengue en Argentina
Según informó el Ministerio de Salud de la Nación, entre la semana epidemiológica N°31 del 2022 (1 al 7 de agosto) y la semana epidemiológica N°11 del 2023 (12 al 18 de marzo), se notificaron 9.388 casos de dengue, “8.504 de lo cuales no tienen antecedentes de viaje (adquirieron la infección en su jurisdicción de residencia), 582 se encuentran en investigación y 302 fueron importados”.
Del total de 9.388 positivos, 8.001 fueron confirmados entre la última semana de febrero y las primeras tres de marzo, con un promedio de 2.000 semanales. Si bien se trata de un valor alto en comparación a años anteriores, representa “un 30% menos respecto del promedio registrado durante el mismo período de 2020, año en que se transitó la epidemia de mayor magnitud de nuestro país desde la reemergencia de la enfermedad en 1998”, aseguró la cartera.
Hasta el momento, se contabilizaron 5 muertes por dengue (tres en Tucumán, una en Santa Fe y una en Jujuy). Sin embargo, el subdirector del Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz, Juan Carlos Cisneros, aclaró esta semana que no se están registrando casos más graves respecto a años anteriores. En ese centro de salud, por ejemplo, “de todos los pacientes que atendimos solo dos están en terapia intensiva, uno es una persona inmunocomprometida severa, y el otro caso es una persona que tuvo dengue hace unos cuántos días atrás, por lo que es difícil determinar si es o no por este virus”, indicó.
La circulación del virus, en tanto, se identificó en 13 jurisdicciones: Buenos Aires (3 localidades), Catamarca (2), Chaco (2), Corrientes (2), Córdoba (1), Entre Ríos (1), Formosa (2), Jujuy (3), Salta (9), Santa Fe (16), Santiago del Estero (6), Tucumán (15) y ciudad de Buenos Aires (siendo los barrios más afectados Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos, aunque también hay casos en Barracas, La Boca, Nueva Pompeya, Parque Patricios, Flores y Parque Chacabuco).
¿Qué es el dengue y cómo prevenirlo?
El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti. “Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue, este se replica en el mosquito y luego de 8 a 12 días se vuelve infectivo, transmitiendo el virus a través de la picadura a otras personas”, explica el Ministerio de Salud.
Los síntomas comienzan por lo general entre 5 y 7 días después de haber adquirido la infección (aunque también pueden iniciar entre los 3 y los 14 días). Los más comunes son fiebre —que dura generalmente de 3 a 5 días—, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y articulares, dolor detrás de los ojos, pérdida del apetito, diarrea, erupción y sangrado de nariz y encías. En casos graves, puede causar hemorragias internas y daños en los órganos.
Como no hay vacuna ni tratamiento específico para el dengue, a las personas infectadas solo se les recomienda tomar abundante agua para reponer líquidos y realizar control y seguimiento médico diarios.
Para prevenir se recomienda:
- Eliminar todos los recipientes en desuso que puedan acumular agua (como latas, botellas, neumáticos).
- Dar vuelta los objetos que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua cuando llueve (baldes, palanganas, tambores, botellas).
- Cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, cada 3 días. También frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo a fin de desprender los huevos del mosquito que puedan estar adheridos.
- Rellenar los floreros y portamacetas con arena húmeda.
- Mantener los patios y jardines limpios, ordenados y desmalezados.
- Limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos.
- Tapar los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.
- Verter agua hirviendo en las rejillas y colocarles tela mosquitera.
También es importante para evitar las picaduras del mosquito:
- Usar siempre repelentes, siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase.
- Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
- Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
- Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
- Utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales.
Fuente: Página 12