Estimado pueblo, ciudadanos de a pie y demás colectividades de medio pelo:
Me llamo… Bueno, poco importa mi verdadero nombre, aunque podéis llamarme Jono, Medesko Jono. Tampoco es relevante mi país de origen, pues con el paso de los años me he convertido en ciudadano del mundo como resultado de la Globalización. Me siento amante de todas las tierras, sobre todo de aquellas tierras, allende los Mares y Hacienda, bien abonadas de Capital y rica en mano de obra ávida de trabajar y con humildes pretensiones económicas.
Confieso que en ocasiones me deleito mezclándome entre vosotros, como si yo fuera uno más, camuflado entre vuestros sinsabores. Disfruto viendo cómo bregáis a diario, cómo os ganáis el pan (recién subido de precio) con el sudor de vuestra frente, cómo lucháis contra empresas (mis empresas) energéticas, empresas de telefonía, Instituciones del Estado, la Banca, todo ese entramado, ese galimatías, ese laberinto de mecanismos, formularios, facturas ininteligibles y premeditadamente confusas.
¡Lo gozo! Saboreo esos momentos de consultas por internet inconclusas como coitus interruptus, llamadas de teleasistencia frustradas, momentos de angustia en que os sentís solos. Porque eso es meridianamente cierto: ante todo este sinvivir estáis SOLOS. Nadie os asiste, estáis completamente desprotegidos. Claro, ¿cómo os va a ir bien, cómo vais a ganar dinero si os pasáis el puñetero día trabajando?… Pero no os preocupéis que para eso estoy yo, Medesko Jono.
Pero no creáis, a veces también tengo mis problemillas. ¿A qué puedes aspirar ya, una vez que lo tienes todo?… Si bien es cierto que nuestra insaciable voracidad, nuestro instinto depredador nos lleva a elucubrar nuevos mecanismos de ingresos pecuniarios: queremos cobraros el sol que os calienta y el aire que respiráis. Sí, estamos en ello. La factura del agua ya os la hemos multiplicado por diez en los últimos veinte años. Bueno, todo se andará. Entretanto, podéis seguir con eso del Sufragio Universal, la Democracia y otros espejismos que os hacen sentir que sois vosotros los que decidís.
Espero que la subida de la cesta de la compra no os lleve a la nefasta situación de alimentar mal a vuestros hijos. ¡Nadie desea eso, os lo juro! Necesitamos jóvenes vigorosos y valientes. A veces hay malentendidos geoestratégicos que desembocan en conflictos bélicos y ¿quién mejor que vuestros hijos a la hora de defender mi Capital? En fin, me despido de vosotros y para que veáis lo integrado que he llegado a sentirme en vuestra sociedad, me despediré en vuestro idioma: ¡BEEE! ¡BEEE! ¡BEEE!
Sin otro particular por hoy, atentamente
MEDESKO JONO
Antonio Carmona
Fuente: La Voz del Puertollano