Miraba para arriba
como buscando algo,
queriendo seducir la vida
con ojos color cielo,
atrapando momentos
en fotos,
en poemas,
en un lienzo,
prendiendo linternas
en una noche desordenada.
Una paleta de colores
no alcanzaba
como no alcanzarían tampoco
las ganas de apurarse
sin antes ir despacio.
La sensibilidad se escucha,
no se mira
y menos a la distancia.
La sensibilidad se escucha:
en un caracol de mar,
en el eco de las grutas,
en el roce de párpados
al cerrar los ojos.