El detalle. Lo sublime. Ese tocar con las manos el cielo, salir de lo cotidiano.
Mucha gente se fue a la costa Uruguaya, otra tanta, veranea en el país. Pero hay una gran mayoría silenciosa, que no puede acceder a ese descanso tan merecido y necesitado por todos.
La mente necesita un regocijo, un alto a la preocupaciones, una distracción.
Necesita vivir algo distinto, ver otro paisaje, tocar el agua.
Pero no todos podemos acceder. Entonces , ¿qué hacer? Podemos optar por una pelopincho, ir a alguna pileta. Caminar por lugares donde haya verde.
Hacer un picnic en una plaza. Si tenemos la fortuna de poder acceder a literatura, con la mente podremos viajar allí, a dónde nuestro cuerpo no puede llegar (por el momento). Escuchar música, bailar. Disfrutar. Desconectar, aunque sea por un rato.
Desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina