Otra vez, desidia. Un nene murió por no distinguir entre una neumonía bilateral de un virus gastrointestinal.
Mala praxis, una vez más. No sé qué clase de médicos está formando la Universidad de medicina.
Pero no hay palabras para esto. No hay palabras para la muerte de un niño , al cual no supieron diagnosticarle su enfermedad.
A la sombra de lo que sucedió, sólo hay un hecho la muerte. Ni siquiera pudieron darse la oportunidad de luchar contra esa bacteria que tenía el niño. Porque no la detectaron a tiempo, no supieron, se dejaron estar.
En fin otra vez un caso de mala praxis se cobra una vida. Mis condolencias a los familiares. Y que los catedráticos se figen a quiénes están formando. Acá se juega la vida de una persona, no cualquiera puede obtener el título.
Equivocaciones hay muchas, las cometemos todos los días, pero la peor es equivocarse con una vida.
A veces se hace de todo y el paciente no responde, pero parece ser que este no es el caso.
Control, calidad, y elegir a los mejores , son vidas acá y en un pueblo perdido en el medio de la nada, siempre el mejor.
Lo demás lo dirá Dios, el destino, o la creencia que se tenga.
Desde Ciudad de Buenos Aires, Argentina