Aníbal Rushan (o el peronismo y su entrega). Por Juan Botana

Aníbal Rushan (o el peronismo y su entrega). Por Juan Botana

Y pasó en Cañada de Gómez, un pueblo chiquito, ubicado en la región sur de la provincia de Santa Fe. Un pueblo agropecuario de los tantos, que se reconvirtieron a la soja cuando las exportaciones pagaban muy bien, y en eso ayudaron los Kirchner.

-“Por qué con los Kirchner estábamos bien”, decía Aníbal.

Y allí fue él a probar su militancia peronista a Cañada de Gómez. Había estado batallando en la provincia de Buenos Aires, por Quilmes, Lomas y Lanús, pero una propuesta de esas que uno cree combaten al capital lo agarraron con ganas de volver. Y como ya militaba desde que Néstor se volvió presidente, no se la quería perder.

Desde chiquitito como ese pueblo santafecino quería ser quién es. Hijo peronista de un padre peronista que a los 7 años lo dejó a él, a su mamá y a sus hermanos y se fue. Y volvió a ver recién a los 23 años.

Pero la pasión por el movimiento o el deseo de seguir los pasos de su padre lo había marcado a fuego. Tanto fuego que no le importó recibir garrotazos, gases lacrimógenos, golpizas, amenazas y otras aberraciones de parte de los milicos en las marchas para que vuelva el General, allá por el 73. O cuando lo fue a despedir al funeral al Congreso. O durante la dictadura en el 76. Y los volvía a recibir ahora por una intendenta corrupta en Cañada de Gómez.

-“Si sos peronista en Cañada, no lo votes a él”.

Y él era Rushan Aníbal, que todavía creía que ante cualquier circunstancia a los más pobres era a los que había que favorecer.

Para eso se enfrentó a dos tarifazos con su agrupación Frente Ciudadano en Cañada de Gómez, y pensaban presentarse a elecciones cuando como hacía su mamá le pegaron en los pies.

-“Aníbal”, tenés 12 años. Si seguís jodiendo con los afiches por la vuelta de Perón, te van a tirar a una sanja. Acordate que tu papá no volvió. Yo te necesito vivo, mi amor”.

Desde los 12 años organizaba a los pibes y pibas del barrio y hasta casi llega a estar al frente de una Unidad Básica. Hacían pegatinas, armaban pintadas, participaban en marchas y se juntaban en pic nic a comer. Sabiendo que el problema del hambre era la principal demanda y lo es. Que había que pelear por la soberanía alimentaria y reducir intermediarios y que la soja no ayudaba. Que entre la pobreza y la riqueza está el problema. La misma riqueza que tenía la intendenta de Cañada de Gómez o conseguía gracias a la entrega de cargos políticos, algunas licitaciones y transar con cuánto empresario sojero o comerciante aparezca. A la que no le pareció raro teñir su pueblo de amarillo en las elecciones presidenciales del 2017. Y cuando Aníbal y los suyos iban a presentar la lista del Frente Ciudadano en la Justicia Electoral, formada por peronistas, ex radicales alfonsinistas y socialistas con un fuerte compromiso social, una mano negra la hizo desparecer. El método, seguramente, copiado del cualquier gobierno fascista. Porque no importa del color político que seas cuando te enfrentás al poder.

Aunque en estas cosas por lo general son los amigos los que te traicionan primero. Tal cual como le pasó a su padre peleando junto a los leales a Perón en la sangrienta revolución fusiladora. A cambio, algunos compañeros y compañeras de Aníbal aceptaron cargos menores en el Museo del pueblo y en otras dependencias.

-“Si total Aníbal no es de acá y se va a ir. Nosotros en cambio tenemos que soportar a esta mina que no tiene escrúpulos en apretarnos o apoyar al macrismo con tal de seguir en el poder”.

Los desleales de Aníbal se bajaron de la lista y al no cumplir con el cupo, se vencieron los plazos y ya nada podía hacer. Se lo había advertido Mabel.

Mabel es su amiga y siempre decía que no había que reclamarles nada a los gorilas, que ella le reclamaba a los propios. Pero los propios hay un momento que dejan de serlo. Y así fue.

Se miraron las caras. Casi se van a las trompadas. Lloraron y gritaron por la impotencia de tantos. Se pasaron facturas impagas y Aníbal se fue.

La militancia de Aníbal duró dos largos años en Cañada. Fueron años de marchas y escraches principalmente contra los tarifazos en Santa Fe y los beneficios a los arrendatarios sojeros en desmedro de los pequeños productores y de ayuda en las villas.

Protestar es algo que no se hacía en un pueblo conserva o al menos no de esa manera expuesta. Porque el peronismo suele ser de derecha en el interior. Siguiendo la vieja consigna cuasi feudal de primero quedarse y después vemos para qué.

-“Esto no lo vas a entender nunca, vos, Aníbal”, le dijo la intendenta cuando a través de un emisario le pidió que bajara la lista y se dejara de joder. Vos no sos de acá. Aunque no te guste sos del conurbano bonaerense. Acá hay otras realidades. Vos no entendés. Los cambios sociales llevan mucho tiempo y más en democracia. Con la guita que les saco a los ricos hago obras de mantenimiento, pago propaganda, escondo causas, mantengo a la militancia y ayudo a compañeros y compañeras. Es muy fácil creer que la época de Perón se puede repetir, pero después hay que sostener con el cuero lo que hacemos. Perón hubo uno solo. Menem transó y Néstor se murió. ¿Qué querés que haga? Si el pueblo y la opinión pública gira a la derecha lo seguimos y después lo traemos un poquito para acá, un poquito para allá, como dice la cumbia. Pero acá no nos ponemos en contra de nadie. Es el capital y el trabajo. ¿O vos también te creíste la de Laclau, como Cristina? Mirá que Néstor en los 70 se hacía el zurdo, pero después negoció con el turco, se enriqueció y para llegar a ser presidente necesitó a Duhalde. La idea es estar y después ver. El kirchenismo está en retirada. No nos dieron cargos ni nos incluyeron. Creen que es la Cámpora contra los gobernadores e intendentes. ¿Por qué? Si hasta Bárbaro y Moyano dicen que van a votar a Macri y Randazzo se les fue. ¿No me vengas a mí con que me paso al macrismo? Es temporal. A ver si por querer todo te quedás sin nada. Me dijeron que te ibas a Neuquén.

Aníbal en el viaje a la Patagonia lo único que pensaba era en Mabel. “Fachos hay en todos lados”, decía. O porque creen que ganaron los gorilas de nuevo en 2017, si nosotros y nosotras somos más. Porque los que se dicen leales se cambian de noche y olvidan su fibra peronista o la venden. Antes de inscribir las listas, cuidar a sus hijos o votar una ley. Y eso pasa en la justicia electoral, en el concejo deliberante, en los consejos escolares, en el congreso, en las intendencias y en las dependencias públicas, donde se tejen pulóveres calentitos para otros que después suben el vidrio del auto o pasan en rojo por los mismos lugares a los que yo los acompañé. Lo de Neuquén duro muy poco. El tiempo suficiente para entender que era tiempo de volver y retomar su trabajo de periodista militante.

Recordó a su padre peronista, los temores de su madre en el afán de cuidarlo cada vez que se iba a una marcha, su laburo en las villas, su zona sur, los miles de pobres y los que pasan hambre, sus sueños interrumpidos y a Mabel. Y cuando pensaban que iba a darse por vencido, formo la Agrupación Peronismo Vivo en Lanús, otra vez.

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