Guayaquil 31 de mayo del 2022
Tomo mi pluma para escribirte a ti, si a ti, al miserable ser que eres.
Quiero que en algún momento cuando ya no tengas fuerzas y la suerte te abandone, mis palabras te atormenten hasta tu último aliento. No quiero que pienses que te odio por llamarte miserable, odiar es un sentimiento tan parecido al amor que requiere de energía y tiempo; simplemente me gusta ser honesta, aunque no comprendas el significado de la palabra honestidad y mucho menos su acción
Se trata de ser sincero con uno mismo y con los demás, actuar de forma correcta aunque nadie te este mirando.
De ser franco, no engañar y mucho menos jugar con la buena fe de las personas.
Pero vaya que soy ingenua al tratar de explicarte lo que es una persona con valores y de buenos
sentimientos, cuando tú, bien que lo sabes. Cómo narcisista que eres, necesitas rodearte de buenas personas, más aún, si actúan con ingenuidad y carecen de malicia. Pero eso sí que estén pasando un mal momento, que se sientan solas, con carencias afectivas. La solvencia económica o cualquier recurso del que te puedas beneficiar es simple coincidencia.
Eres un miserable, un pobre ser, incapaz de sentir empatía por humanidad alguna, por el dolor ajeno, incapaz de sentir remordimiento por sus acciones frías y calculadas, todo lo haces con premeditación y alevosía y vas dejando una estela de destrucción moral, psicológica y hasta espiritual al tener el cinismo de hablar de la palabra de Dios y congregar almas necesitadas de afecto que en su mayoría se creen privilegiadas por tu invitación a la oración.
Eres un ser tan miserable, que ni el mismo Lucifer te querrá en sus aposentos. Terminarás tus días en la más absoluta soledad, solo con tu miseria…
Llegarán a ti las voces que hasta hoy han guardado silencio, para que no te vayas de este mundo sin pagar tus deudas.
Sé que esta carta no llegará a ti, da igual porque no tienes sentimiento alguno, por el contrario puede ser un arma para hacerte la victima, como es tu costumbre. Solo es un ejercicio de escritura, ya que tanta maldad no cabe en un poema, no quiero utilizar la poesía cómo lo haces tú…manchando su belleza y nobleza.
Tal vez esta carta sirva para crear la duda, esa duda necesaria para cuestionar, reflexionar y liberar.
P.D.
La mentira aunque se presente sigilosa, terminará en estruendo al encontrarse con la verdad.
Joffri Cammpins.