Río es aquel que huye del río
hilados de cobre sobre el río miro
la muerte en un silbido frío
que no moja
recuerdo cuando de chico corría
por un campo brillante pejerreyes
heridas flotantes entre fueyes peces
de un acordeón marrón azul sonando
de Tres Arroyos a Corrientes por Bahía
Pergamino corría
La Pampa sin su sol
y sin querer el fuego palidece
ese temblor
y la pleamar de la montaña, sana
la maraña de gorriones en la tarde
arde
su pesar
los árboles podados con el viento
siento
y es la noche que atrae a los fantasmas
no me duermo
grito o bostezo, quemadura
hambre
la orilla del río hacia mi playa, vuelve
y estoy solo
en la noche siempre uno está solo en el reflejo
dolo
de saberme que no estoy
en la balanza
en la vejez
en la templanza
la temperatura del agua está más fría
me dijeron que venían a buscarme
pero ni siquiera veo pescadores
y si el río es lo que amé, de eso se huye
pero seguirlo sería hasta imprudente
si a mi edad hasta me quemo con el mate
fluye
fluye la mente y se va
de frente a frente
cuando la cabeza y el ajedrez no son lo mismo
y los árboles ya no crecen con el agua
sus raíces no brotan por el aire
asfixiado de la pieza
al centro no voy desde hace tiempo
pero si me quieren llevar iré a la playa
donde la noche golpea todavía
que de noche arrancaba hasta las flores
olores
de llover
me voy
el río está al volver
me voy
pero si aún no vienen a buscarme
ya me olvidé
me voy
si no era tarde de río para irme