Casi nunca me ocurre y por eso escribo. Si muero pronto, celebren, nadie llore ni diga que fui buena porque no es tan así.
Hoy he amanecido con unas ganas de abrazar, de desear bien a todos. De decirle que la vida es hermosa, aún con sus bemoles, hay que sacar lo mejor de ella. “Hay en la vida golpes tan fuertes. Yo no sé…” Es lo que dice nuestra amado César Vallejo, escritor y poeta peruano y cuánto razón tuvo y sigue teniéndola por los siglos de los siglos porque es verdad. La más absoluta que he conocido en versos porque en hechos es una realidad. Hay dolores, enfermedades, pérdidas, penas de amores grandes, así y todo, nada se detiene en esta vida. Vale vivirla porque de todo se aprende después que sucede, después que duele y no es mentira que el ser humano, con ello, se hace más fuerte. Son peldaños inevitables y sustentables que nos ocurre a todos parecidos. No digo iguales porque todos somos un mundo distinto.
Ahora quisiera una fila de gentes, ordenaditos y sin impacientarse porque estoy feliz y quisiera pegar, transmitir, dejar en su solapa, en sus vestidos, un gramo de esta sensación extraña que hoy vivo. Dicen que se vino a este mundo para serlo, feliz siempre, pero no es así. La vida es una carretera en donde no siempre se va en línea recta. Nos quedaríamos todos dormidos al volante y adiós. Por eso hay desvíos, esas son las pruebas. Desvío a caminos de tierra donde el polvo se hace compañero y los hoyos hacen saltar removiendo los sesos. Hay subidas tormentosas y bajadas en caída libre. Todo es la vida y va pasando porque este boulevard mixto es un colegio, universidad o como desees llamarlo y se viene a aprender y te evalúan. ¿Pasas o no pasas? Depende de muchas circunstancias. A algunos les cuesta más terminar una carrera, hay que congelar semestres, mas, de esto se regresa y se continúa. Por último, sacas tu examen de grado, es decir ¡lo aprendiste! Estás calificado para enfrentarte a otros desafíos.
Yo no creo haberlos pasado todos, soy cuatrera a distancia, pero eso no me hace perder la fe jamás, ni en los peores momentos cuando crees que te despides ya.
Hoy quiero decirles que este mundo virtual tiene de todo. Como el real nomás, con la dificultad que abunda más la mentira porque no podemos mirarnos cara a cara y hasta las fotografías mienten. Las cámaras mienten y debemos aprender a vivirlo. Saber diferenciar qué es honesto y qué es vil mentira.
Los quiero, amigos de Internet. Los encontré en momentos de mucha soledad y angustia y sentí que debía quedarme a “aprender a manejar este mundo” que en principio es bien difícil, pero es otro noviciado que se paga y nada más. Un espacio en dónde hay letras que te hacen llorar y son los únicos ojos que vemos y en los que podemos confiarnos o no.
Hoy me provoca la emoción de decir que los respeto a todos sin importar raza, edad, creencias, no creencias, políticos, aunque no hablo de política en público, es un tema social si se piensa en las personas como seres humanos y en sus derechos
Aquí empecé una nueva etapa. Un nuevo nacimiento. No tenemos una sola vida en esta existencia y como es el nombre del libro de Brian Weiss, “Muchas vidas, muchos maestros” y yo agregaría: muchas casas.
Yo, pequeña enana de los puentes, he absorbido todo lo que he podido y hoy sumo felicidad.
Sé que es pasajera como todas las cosas y tiene su instante para dejarla impresa y comentarles lo que siempre quise y nunca dije. Me fascina leerlos. Me gusta conversar los escritos. Me gusta que dejen el alma en cada uno de ellos porque es la forma de transmitir y que llegue a quien lee. No escriban sólo porque hay que hacerlo. Esperen el momento de la inspiración para que estremezca. Esto lo aprendí de un gran maestro: “No es mejor poeta quién escribe todos los días”. Escribir cuando no quepa en el pecho y al hacerlo sales disparado, corres a campo traviesa a pleno grito, dejando al viento llevarse lo que está doliendo o emocionando. Escribir es sentirse libre. Dejar el corazón sobre el escritorio para que seas trance-espíritu y escuchar el corazón, el maestro que dicta. Llora si es necesario. Cada lágrima es una mala energía que estás botando y la poesía se está encargando de difuminarla en su propio cosmos
Hoy quiero abrazar el mundo y mi mundo son ustedes. Quiero repetirles que no hay nada que duela por mucho tiempo. Todo es cíclico y el mundo gira sin darnos cuenta. No olvidar que el dolor reclama su tiempo y hay que dárselo. De la misma manera que la riada recupera su terreno en tiempos de temporales intensos, igual es el dolor. Arrasa con todo porque es su derecho. Mejor es irse a la buena con él y abrirle el paso.
Hoy quiero abrazarlos. No pido respuestas de igual forma, porque lo que hoy siento es mío, tal vez, por unas horas o menos. Es para compartirlo y que les llegue. Reciban el afecto de una compañera en las redes, en este momento, las 13:22 A.M. en mi país, es feliz y quiere decirles que siempre están en mi corazón con sus letras.
Diré que no tengo razones. Es viento de alguien feliz que lo rozó al pasar y se hizo posta. Me lo entregó y yo le entrego a ustedes.
María Margarita Pérez Vallejos
17/ septiembre/2022
Inscripción 204.688
Desde Temuco, Chile