“En mis cuentos hasta la más grandecita la pasa bomba”

“En mis cuentos hasta la más grandecita la pasa bomba”

Entrevista a Michi Love, cuentista, escritora, comunicadora social y organizadora de La Noche de Cuentos. Por Juan Botana.

¿Por qué Michi Love?

Como mis cuentos son boca sucia, eróticos casi nopor con tintes de humor negro y crítica social, pensé que publicar bajo un seudónimo sería lo mejor para no perder mi trabajo en el ámbito privado que es mi principal fuente de ingresos.

Cuando tuve que crear mi seudónimo recordé que hace algunos años, en uno de mis trabajos anteriores, una compañera me decía “Mechi Love” (mi nombre es Mercedes Lovera) y, a eso, le sumé mi amor por los gatos. Entonces, llegué a Michi Love.

Organizo desde el amor y escribo, no sé si desde el odio, pero sí más cerca de la bronca o la rabia, que me produce este sistema en el que vivimos.

¿Cómo se te ocurrió La noche de cuentos y qué es?

La Noche de cuentos es un evento en San Telmo que hoy reúne artistas emergentes e independientes de todas las regiones y disciplinas (narrativa, poesía, performance, danza, cine, teatro y música) que busca dar un espacio no solo de difusión sino de encuentro, diversidad y respeto.

El comienzo fue distinto. Había autopublicado mi primer libro “Esta loca soledad” (2022), pero me faltaba encontrar lugares donde ir a leer y vender. En ese momento, había muchos espacios de poesía, pero no encontraba de narrativa específicamente así que decidí crearlo y sumarle una pequeña feria de autopublicadxs y fanzines. Primero, conocí a Christian Olmos que me escribió por Instagram para invitarme a publicar en una revista digital que se llamaba Extrañas noches, donde él también publicaba. Al leerlo, sentí como que algo nos hermanaba. Luego, encontré entre las publicaciones a Facundo Nahuel y, a través de la que era mi profesora de narrativa creativa, en ese momento, Naty Menstrual, conocí a Valerio Mondragón.

Ya éramos cuatro y algo de nuestro estilo visceral nos unía así que les pregunté si se animaban a leer en público y puse manos a la obra. Empezamos una tarde, siendo cuatro, en la libre La Libre (Chacabuco 917, San Telmo) y luego, nos mudamos al Cave Canem Bar (Chile 308, San Telmo) para tener un horario más extendido, que es donde lo realizamos actualmente los últimos domingos de cada mes.

Así fue como la noche nos invitó a convocar y recibir más artistas, no solo de narrativa sino también de poesía, y sumar nuevas disciplinas.

¿Por qué la mayoría de tus cuentos son eróticos?

No sé si son eróticos, son más bien gore o nopor. Pero bueno, nunca me gustaron las etiquetas así que dejaré que catalogue mi género quien me lea. Lo que puedo decirte es que siempre hay algún elemento sexual rondando entre mis letras porque me parece importante hablar del disfrute sexual, en especial, el de las mujeres. Creo que, al día de hoy, en una cultura machista, seguimos luchando por el disfrute. Por otro lado, en mi caso particular, me crie en una familia progresista para temas políticos y sociales, pero un poco conservadora en el plano sexual y a mí durante muchos años de mi vida me costó mucho disfrutar de mi sexualidad, al menos la que yo quería vivir y que no era la aceptada socialmente.

Entonces me parecía que desde lo literario podemos hacer mucho por otrxs para poder habilitar desde la ficción otras posibilidades de disfrutar de nuestros cuerpos.

¿Qué te gusta hacer del periodismo y la comunicación?

Yo no soy periodista, estudié Comunicación Social con orientación en Procesos educativos. A mí lo que me gustaría es transformar a las personas, que cuando lean mis cuentos se caguen de risa, lloren y se motiven a hacerse la paja (en especial las mujeres), cambien de trabajo, dejen a sus maridos machirulos, o que lean mis cuentos juntos y se calienten.

La escritura académica no me alcanzaba para eso, entonces desde mis personajes o en mis historias lo que busco es romper estereotipos, criticar la explotación laboral, la alienación y el machismo desde lo cotidiano con algo de humor, erotismo (ponele), escatología y “malas palabras”. Aunque para mí son las palabras justas y la redacción es simple adrede para que la pueda entender cualquiera.

Amo a Pierre Bourdieu, a Michele Pecheux y a Monique Wittig, pero dejo mucha gente afuera desde ahí y yo los quiero cerca.

Por otro lado, el periodismo me enoja, ante tanto discurso hegemónico de los medios masivos de comunicación que se llenan la boca diciendo que el pibe con gorra te va a matar, en mis historias ese chicx es el héroe y cuando la publicidad te dice que tenés que ser flaca y joven para disfrutar, en mis cuentos hasta la más grandecita la pasa bomba.

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