La poesía es parte del comienzo de la Humanidad.
Surgió inesperadamente cuando Adán, enamorado, osó darle un mordiscón al fruto prohibido para demostrarle a Eva que por ella haría la locura más grande.
La poesía podría definirse como un guiño, un soplo, un volcán de sentimientos.
Desde la brevedad del haiku hasta la poesía épica, lírica o dramática,
El vocablo “poesía” deriva del latín y significa creación.
Los hombres de todos los tiempos han hallado en el formato poético el hilo conductor, breve y sentido para expresar los sentimientos más genuinos que nacen del corazón.
La poesía es la reina de los versos, a veces vestida de gala y otras veces bastardeada, dueña de críticas y menosprecios.
Es también etérea, efímera, contradictoria.
Se impone como luna en el río y brilla por las noches cuando las almas se funden con las estrellas.
Suele embriagar a los enamorados y se ilumina hasta la Torre Eiffel.
La poesía es canción, cascabel y viento.
Si es intensa parte el cielo en dos y se transforma en rayo, tornado y furia.
Una poesía es una pregunta sin respuesta porque a veces cuando está angurrienta se devora las palabras y no las suelta.
Por eso también es suspiro y silencio…