Los verdes al centro
y un derredor de flores a tu paso
el entorno se ciega ante mis ojos
y tu mundo es el mío por un mes.
A la Reserva fuiste con tus ángeles.
Al Rosedal con flores y vestido.
A la fiesta con regalos y ritmos.
Al Chacabuco con helados y café.
Al Lezama sin saber que pasaría.
Por qué no me dijiste que ese río no era mío.
Por qué no me avisaste que mi destino estaba escrito y lo forcé.
Y no me alcanza con un gracias o los restos de la luz o de la rima
de un cielo que desde abajo no se ve.
Nunca le hice un poema al Parque Lezama
a su color en primavera
a su andar infinito en el follaje
ni debí ponerme ese traje y pretender.
Sin anteojos no supe mirar para adelante.
Sin oído me dijiste y no escuché.
Son olfato no hay abrazo que se quede.
Ya no hay foto que me acompañe
en la mañana.
Quise pedirte perdón y lo arruiné.
Estaba inquieto y perdido
me sentí solo y me aferré
a un mundo mágico que no conocía
ni entendía
hasta que un día uno es el otro o una flor.