Nueve de octubre. Por Gina Benitez

Nueve de octubre. Por Gina Benitez

Este nueve de octubre,

las lágrimas me recorrieron la cara

como un río sinfín,

mezcladas con la frustración

de ver cómo se rompía la promesa de un futuro mejor.

La promesa que le hice a mi niña interior,

la que se levantaba a las siete de la mañana

para ir a la primaria

con la ilusión de algún día

ser Licenciada en Periodismo.

La nueva ley me arrancó

el corazón,

lo llenó de ansiedad, de depresión…

Es como si el aire no llegase a mis pulmones…

En el mundo de las hadas y reyes, siempre existe un monstruo que viene a arrebatar los sueños y esta vez, a toda una generación, nos pincharon con agujas el alma negándonos un futuro digno.

Cada día que gasté en viático,

cada hora que pasé estudiando,

cada lágrima que derramé por aprobar una materia,

cada sacrificio que hice para alcanzar mi sueño…

¡Todo fue en vano!

Un nueve de octubre,

robaron mi futuro,

lo volvieron incierto…

Un miércoles anunciaban

que ya no tenía derecho a soñar…

Un nueve de octubre,

robaron mi imagen soñada

en mi mente

de entrevistar a mis ídolos,

como a Mirtha Legrand…

Un nueve de octubre,

tomaron la decisión

de llenar a los jóvenes

de miedo,

de inseguridad…

Un papel y una lapicera

nos sacaron el pan de la boca…

Un nueve de octubre de un piedrazo apagaron el foco familiar…

Se atrevieron a arrebatar los sueños…

Nuestro País dejó de ser conquistador…

todos los días que me obligué

a salir de la cama y ponerme a estudiar,

de llevarme los apuntes al trabajo,

de estudiar en el viaje,

de perderme momentos familiares por estudiar,

de no divertirme por pasar horas

en una mesa y muchas veces

a la luz de las velas…

¡No valió nada!

Hoy enciendo una vela pidiéndole a Dios una nueva oportunidad.

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