Sé que no me conoces, pero no importa que así sea, te veo y quiero.
Hace mucho que pienso en dialogar contigo, en saber de tus sueños que son los míos, proyectos de tu cuestión de vida y bienvenida. De tus aciertos y de cuántos pudiste concretar.
¿Los míos dices? Fueron tantos… y tantos que hoy ni recuerdo.
Eso sí, concreté muchos, muchas fueron las voces y los techos.
Pero hoy todo vuelve atrás, el poderío de unos pocos nos marchitan. Y todavía, como hace tanto, no estamos preparados a la prepotencia, al desagravio, al destrato que es nato en los que lo ejercen, lamentablemente. El vandalismo es impropio entre los buenos y nosotros lo somos
¿Quiénes fueron ellos?
¿Quién les enseñó a llevarnos por delante en un mundo que no les pertenece? No nos pertenece.
Somos visitas, habitantes, sólo eso… nada más.
Argelia Díaz
Poeta humanista universal