Que no se pierda agua fresca
que humedece jardines prados
y bendice también
estos versos traspapelados.
Llegaste a nosotros tímido y sencillo
vendedor de poemas con voz en vilo.
Nadie entendía que eras metáfora
en un cambio de ritmo desacompasado.
O un Hamelín que conquistaba
con flautines y poesías
en tiempos grises que pasaban a nublado.
Dejaste tus palabras en nuestros labios
corazón de niño que comparte
los juguetes porque quiere ser amigo.
Posees en tu esencia la humildad
y sencillez de pastor que apacienta.
Dices no comprender y te creo
Que no sabes la luz que emana
tu corazón de amor desinteresado
y es ella que nos mantiene a tu lado.
Te seguimos desde lejanas latitudes.
Sabrá la vida cuánto dure.