Soledad, ese bonito pedazo
de mi más íntimo yo,
que soporta mis desesperanzas,
que consuela mis fracasos,
que me da confianza y valor,
a cada rato que paso.
Soledad, esa amiga que te lleva
a profundizar en tus deseos,
que tu imaginación libera,
para dar rienda suelta a tus anhelos,
que siempre en aquel lugar te espera cuando regresas a tu fuero interno,
dónde siempre te sonríe
y te da un abrazo eterno.
Soledad, hoy vine de nuevo a verte,
a susurrarte al oído,
que por fin deje de quererle
y ahora me miro al ombligo,
porque quiero seguir adelante
y buscar mi propio destino.