En 2007, llegué a Buenos Aires, pero fue en las noches mágicas de Rosario donde mi corazón encontró su hogar. Sus calles, testigos de mi llegada, se convirtieron en refugio, y el Monumento a la Bandera, en el prólogo de un poema de amor. Hoy, evoco esas
memorias con un propósito más profundo: implorar, a través de la poesía, por la paz que esta ciudad merece. Este testimonio es un llamado, no solo para volver y cantar a Rosario, sino para elevar una plegaria colectiva. Entre líneas, busco recordar la grandeza que una
vez conocí, y rogar a Dios por la restauración de la serenidad en sus calles. Que estas palabras sean más que versos; que se conviertan en una voz unida por la esperanza de devolver a Rosario la paz que merece.
Rosario, algo tengo que hacer por vos
De noche llegué a vos,
Me enamoré
Y la terminal fue testigo
De este gran amor.
Tus calles me dieron abrigo
tenía hambre, sueño y frío
Pero lo primero que me diste
Fue un gran amigo.
Conocí tus plazas, tus calles
Y el monumento
que lleva mi bandera,
mientras te veía
te consentía a orillas
De un Paraná repleto
De sombrillas coloridas.
Y te
prometí que un día
por ti volvería
No sé, si para cantar o para
Buscar tu dulce melodía.
Algo tengo que hacer por vos
Tan solo puedo
Escribirte y rogar a Dios por dos,
Rogar por encontrar de nuevo
La
alegría de unos chicos
En plena calle y en la noche
Jugando a la pelota
Sin miedo a las motos ni a los coches.
Suplicar una vez más escuchar
los sueños pregonados
de una chica
que entre cantos y mateadas
en la plaza independencia
a sus amigos l es contaba.
Y te prometí
Que un día por ti volvería
No sé, si para cantar o para
Buscar tu dulce melodía.
Eres mi rosario, perfecta amiga
De todas, la más consentida,
entre canallas y leprosos
Luces para ser querida.
Quiero devolverte a vos
lo que un día en la ruta nueve.
el cielo me entregó, una palabra
Y algo para saciar la sed
Después de haber
Ardido en tu calor.
Este es mi compromiso:
No volver alejarme más de ti
Y en mi camino tu recuerdo
Será más que mi destino,
y te prometí
Que un día por ti volvería
No sé, si para cantar o para
Buscar tu dulce melodía.
Algo tengo que hacer por vos
Tan solo puedo
Escribirte y rogar a Dios por dos,
Rosario, algo tengo que hacer por vos.
Autor, poeta y escritor
Francinher Sandoval Valencia
“Militante artístico”