Siempre tenemos la ilusión de algo más. Nos empeñamos en aferrarnos al pasado y las costumbres, es algo que tenemos los humanos como eternos luchadores que somos. Pero todo pasa y transcurre nuestra vida teniendo siempre la seguridad que todo puede acabar en un abrir y cerrar de ojos. Por otro lado, la vida hace superar los miedos, esos que llegan cargados de locos pensamientos, que nos hacen a veces perder la cordura.
Nada es eterno y muchas personas se aferran a lo que un día fue, aún a lo que irremediablemente está perdido. Darle vueltas a la vida tiene su sentido, claro con una buena lógica sin llegar a poner en riesgos nuestros propios intereses; por eso hay que tomarse un tiempo prudente y pensar los pro y los contras. Otra vez las cualidades pueden ser un nuevo chiste ingenioso. Se vale recapacitar, se considera necesario.
No es prudente tomar todo a la ligera. Démosle paso a las realidades, se puede caer en un error pero no volver a reincidir en él. Ya no sería necesario ahogarse en tan poca agua, después de haber campeado en tantos temporales, todas las verdades no se ajustan en una equivocada elección.
La evidencia es tan compleja como la realidad, ellas nos llevan claramente a las rígidas premisas de un silogismo.
Cuanto más esperamos, menos tenemos….