Naturaleza viva. Por Diana Vergara

Naturaleza viva. Por Diana Vergara

No quiero tanta ilusión ni vagar por caminos desolados Por ejemplo la distancia que va de mi mano a tu mano. Aquel desierto o este valle frutecido. Aquellos soles y este rosado. Naturaleza viva. Mira la hormiga. Esta hormiga no es como las otras. Tiene alas y se mueve sigilosa hacia ti. Quisiera ser esa hormiga y llevarte en mis hombros. Eres tan liviano una pluma vibrando en el viento. Espérame como se esperan las buenas noticias, como casa de puertas y ventanas abiertas ( ). Habitada por duendes y adioses extendidos. Y una luna nuestra luna alucinada. Ella duerme de tu lado de la cama que es el mío cuando no estás y un metal pesado ese Otro se mete entre las sábanas. Recuerdo su olor en los besos. Ese agrio que persiste en mi boca de oscuridad exprimida en los labios. Y duele duele en los huesos duele como cuando de cuatro años me raspé la rodilla y mi madre me curó con un sana que sana colita de rana. Pero no hay encanto para este vacío de cristal sin luciérnagas.

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