Los chicos de hoy no son dueños de soñar ni tienen quien los proteja. Por Sergio Gustavo Herrera

Los chicos de hoy no son dueños de soñar ni tienen quien los proteja. Por Sergio Gustavo Herrera

Si hace un lustro por los 60´s, alguien me hubiera preguntado qué esperaba de la vida, sin dudas le hubiera respondido que llegar al espacio, tocar el fondo de los océanos, poder comunicarme a través del pensamiento, surcar los cielos o incluso trasladarme de un lugar a otro en un pestañeo.

Si hace cuatro décadas por los 80, alguien me hubiera preguntado qué deseaba en esta vida, hubiese sido tener algún aditamento o algo que me permitiese dominar los elementos, al menos tele transportarme; no soñaba con viajar en el tiempo, ese es un sueño más reciente. 

Cierro los ojos y recuerdo a ese chico que fui, a ese niño soñador y juguetón. Ése que se va a jugar entre sábanas, por debajo de la tierra, hacia su centro mismo.

Ah, me llevaba “los libros” para vivirlos con una linterna hasta que la noche me vencía, entrada la madrugada. Esa era mi máquina de soñar…

¡Pasaron tan rápido los años! ¡Maldigo esos sueños, malditos deseos! ¿Por qué?, ¿por qué? ¿Por qué desee ser grande tan rápido? ¿Por qué se me cumplió justamente este sueño? ¿Habré encontrado al maligno genio de los sueños tontos bajo las sábanas?

He visto volar delante mío hazañas, los éxitos y fracasos de cualquier chico. He vivido destellos de  triunfos y derrotas de cualquier adolescente. Las victorias y pérdidas de cualquier hombre joven. Y ahora, me toca vivir… Ver pasar delante de mis ojos y delante de mis días, los éxitos y fracasos de una persona mayor. Lo que digo es que estoy bien, para nada, pero bien para pensar.

¿Dónde quedó lo que había soñado? ¿Dónde el viaje de un lugar al otro sin pestañar? ¿Dónde quedó mi fondo de mar? ¿Dónde quedó mi mamá, y mi papá? ¿Dónde está el viaje en el tiempo que me lleve a sólo 50 años atrás?

Ahora estoy sin ellos, solo con mi mundo. Un todo esto que, no es magia.  Ay, es apenas un poquito de todo lo que había deseado, cosas. Cosas y cosas que no tienen valor a la hora de pensarme sin papá y mamá.

Juegos del tiempo…, que se lo lleven todo, no importa, no importa nada si puedo recuperar un segundo de aquel ayer, de aquellos sueños, de aquella magia, de aquellos años resguardado por mamá y papá. Y siempre el tiempo me los lleva, y me roba la niñez…

Ah pues, un deseo nuevo ahora sin ellos, que ningún hijo´e puta tras una boleta se lleve los sueños de mis hijos, de mis nietos. A mis años seguiré siendo capaz de soñar, porque sí lo pienso, lo haré realidad; terminar con un presente de roba vidas y sueños. Construir un lugar donde cada sueño se haga realidad en el trabajo cotidiano y no tras los despilfarros de quienes se quedaron con todo en nombre del tiempo…

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