Bucaramanga, 4 de octubre de 2023
Queridos abuelos maternos:
Un fraternal hasta el Cielo, donde tienen ahora su morada.
Quiero decirles que siempre los recuerdo como seres maravillosos, llenos de sabiduría, amor, paz, gratitud, tranquilidad y confianza.
Sus consejos fueron sinceros, porque tenían la experiencia de los años vividos; su caminar era lento porque ya no tienen prisa, ya habían vivido lo suficiente, repetían con frecuencia.
Dibujado en el tiempo se ha quedado eternamente el amor inmenso que dieron a sus hijos y a sus nietos; ahora ya tienen varios bisnietos, seguramente serían su adoración.
Ustedes, mis inolvidables y amados abuelos,
dejarán estelas de recuerdos gratos, como esas historias y leyendas que sabían de memoria, historias fantásticas de duendes
y también de hadas y fantasmas y aun se oye el eco de las canciones interpretadas a capela,
o al compás de una guitarra o un tiple; preparamos algunas de esas recetas de comidas típicas y sabrosas; vivimos y practicamos las enseñanzas de amor y vida, que nos inculcaron cuando niños.
Siempre viven en nuestro corazón, donde se mudaron a vivir; allí también se fueron mis padres, algunos de mis tíos, primos y mi joven sobrino; ya están allá reunidos felices, mientras los extrañamos mucho.
Bendiciones infinitas, abuelitos maternos y también saludos a mis abuelos paternos (aunque no llegué a conocerlos, siempre están presentes).
Con cariño, tu nieta,
Isbelia.