¡Hola Mauricio! Y este lío a lo mejor lo armaste vos. Cuando quisiste superar a tu padre. Y como para empresario exitoso ya estaba él, te dedicaste a la política. Y primero quisiste ser senador por Misiones de la mano de tu amigo Ramón Puerta y después te metiste en Boca. Y ahí tuviste la suerte de ser presidente, ganar la Copa Libertadores, la Intercontinental, etc. Pero en eso te ayudó un poco Carlos Bianchi, Juan Román Riquelme, el Rafa Di Zeo, etc. Y cierta muñeca tuya para manejar a un club y a los barras. Después quisiste ser Jefe de gobierno porteño y te presentaste a elecciones junto a Horacio Rodríguez Larreta y perdieron contra Ibarra-Telerman. Pero después pasó Cromañón, a Ibarra lo sacaron y fuiste a elecciones contra Telerman esta vez acompañado por Gabriela Micetti. Y ahí te fue mejor y empezó esta aventura del PRO ampliada a Juntos por el Cambio que todavía sigue. Pero tu complejo por superar a tu padre era aún más grande y tenías que ser presidente. Y te presentaste a elecciones otra vez acompañado por Gabriela Micetti y ganaron. Por poco y de casualidad, pero ganaron. No te juntaste con Massa y te uniste a los radicales para derrotar a Scioli y terminar con gran parte del kirchenismo y la hegemonía de Cristina. Pero como presidente te faltó. No me refiero a tus promesas de campaña: “Combatir el narcotráfico, pobreza cero y unir a los argentinos”, que siempre son exageradas o mentirosas. Te faltó hacer los cambios profundos que gran parte de la población o la situación te pedían: “Reforma laboral”, “Reforma tributaria”, “Reforma judicial”, etc. Y cuando las papas quemaron y “Pasaron cosas” no se te ocurrió otra cosa que ir al FMI a pedir guita. Pero no un poco para llegar a fin de mes o al final de tu gobierno. Si no para endeudar al pueblo argentino por 100 años. Y esa es nuestra condena. Encima la plata que pediste no sabés ni sabemos dónde está. Un poco se fue en timba financiera para frenar el dólar, otro poco la usaste para campaña, mucha se fugó y más se la diste a tus amigos para comprar bonos de deuda que después reclaman al Estado como si realmente fueran ellos lo que prestaron la plata. Y con eso no digo que la administración anterior fue mejor, ni que es buena la de ahora. Si no que para pagar 100 pediste miles y la perdiste. Porque total el Estado somos todos, pero los presidentes no. O al menos no sienten la responsabilidad de pagar una deuda. De todas maneras tu gobierno terminó con la causa “Cuadernos”. Cuando creías que te llevabas puesta a Cristina y en la causa estaban pegados muchos de los grandes empresarios económicos de la Argentina. Y el poder económico no pone a un liberal en el gobierno para que les juegue en contra. Y salió Roca y otros a ponerte los puntos. Y después tu conferencia de prensa desencajado diciendo que no dormiste en toda la noche y que fue la peor noche de tu vida. Y los gobiernos primero pierden adentro cuando empiezan los problemas y se pelean, y después afuera. Y entonces la genialidad de Cristina de ponerse de vice, aliarse con Massa y llevar a Alberto a la presidencia. Y cuando pensamos que el peronismo con hacer un poco se quedaba, llegó la pandemia y después la sequía y después la guerra de Ucrania y Rusia y luego la pelea de Alberto y Cristina y encima tuvieron que empezar a pagar la deuda y la guita en la Argentina nunca alcanza porque cuando va bien la despilfarran y cuando va mal piden y piden más de la cuenta. Y cuando todos creíamos que eras un cadáver político y que lo que te quedaba era presentarte en el Mundial de Bridge o ser parte de la Fundación FIFA o traer algún qatarí hacer negocios a Villa La Angostura, se te dio por volver a la política. Y volviste a meter un hombre tuyo como Ibarra como candidato en Boca, e impusiste a tu primo Jorge Macri para ser candidato a jefe de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y te la jugaste por Patricia Bullrich como presidenta en la interna de Juntos por el Cambio y con Néstor Grindetti en la provincia de Buenos Aires. Y hasta ahora el juego te salió bien. Y si Patricia llega a ser presidenta como dice un amigo mío, te recibís de estadista. Y al final aprendiste a ser política una vez que dejaste la presidencia. Y las inversiones que esperabas para tu gobierno a lo mejor llegan ahora. Y el segundo tiempo del que hablabas en tu libro no era con vos si no con cambios en el equipo. Y a veces hay que saber cambiar para ganar. Y yo no te voto, ni te voté, ni te votaría. Pero escribo esta carta para reconocerte cierta habilidad en el manejo de la situación política. Y alguno dirá que lo de Patricia te salió de casualidad. Y otro dirá que Ibarra no le gana a Riquelme las elecciones en Boca. Y más de uno pensará que Grindetti pierde con Kicillof. Pero a lo mejor Patricia le transfiere votos y llega. Todavía faltan los debates presidenciales que casi nadie escucha, llegar a octubre y si hay balotaje a noviembre. Y la suerte dirá. O un parapsicólogo amigo de una amiga que allá por el 2012 o algo así me dijo que ibas a ser presidente y yo no le creí. Yo no creo en los parapsicólogos –pero creo que vos sí- y decí que se murió, si no lo contactaba, aunque sea por redes sociales para preguntarle si gana Patricia.